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Por esto volvió a ganar Trump
PARTE 1 las bases del partido podría explicar, en parte, su reticencia a tomar
posiciones firmes y a confrontar desafíos de manera decidida
ara comprender la insólita —aunque, por lo visto, inevita- Por: Luis J. Pinto Pasado y carrera política…
El modelo de prosperidad costarricense está basado en democracia, ble— vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca, hay que En su breve paso por el senado (2017-2021), donde copatrocino
remontarse a un episodio casi legendario de la historia muchas leyes, pero NO logro la aprobación de ninguna. Harris
desmilitarización y prioridad para la educación P estadounidense: el regreso de Grover Cleveland. En 1888, mostró un entusiasmo ferviente por el “Green New Deal”, una resolu-
Cleveland perdió la reelección ante Benjamín Harrison solo para había fallado en el cumplimiento de sus promesas económicas. Algo ción que, a ojos de sus defensores, representaba la redención ecológica
recuperarla en 1892, en una epopeya que resonó como un acto de similar sucede con Trump, aunque en un mundo distinto: su regreso de un país devorador de petróleo. Pero la realidad era menos poética
justicia divina. Pero las coincidencias terminan ahí, porque, si bien es la culminación de una época “anti-establishment” una respuesta y más sombría: los trillones de dólares en costos asociados y las inter-
ambos presidentes regresan al poder en tiempos de desconcierto, el de parte de los ciudadanos que ven en él al único defensor frente a las venciones sin precedentes en industrias clave habrían generado un
contexto de Cleveland era un país que aún se enteraba de los sucesos élites proguerras que han saqueado a Estados Unidos bajo el manto shock económico del cual los trabajadores estadounidenses, aquellos
en la tinta de los periódicos, mientras que Trump ha resucitado en del “Wokeismo”, posmodernismo y sensibilidades. que Harris se jacta de defender, serían los primeros en sentir. Porque
una nación donde el “relato” es un espectáculo de 24 horas al día. Trump, con su innegable talento para el espectáculo ha sabido mientras en Washington se discutía la salvación del planeta con retó-
La noche del 5 de noviembre de 2024; estaban sentados en sus transformar la narrativa de “elección robada” en una cruzada perso- rica enardecida, en el resto del país la gente temía por sus empleos,
sofás, aquellos ciudadanos fieles a CNN, MSNBC, NBC y otros nal. Sus discursos cargados de rabia, sus diatribas contra el sistema, sus hogares, su pan de cada día. La "Justice for Victims of Lynching
medios progresistas, quienes, tras meses de constantes predicciones los medios y sus rivales, han sido combustible para una base que, Act" de 2018, que Harris patrocino, es otro de esos proyectos de ley
sobre la derrota aplastante de Trump, se acomodaron con la certeza lejos de desilusionarse tras la derrota de 2020, encontró en él al héroe que, en el papel, brillan como una gema de justicia largamente espe-
de que aquella noche asistirían a su funeral político. Desde sus agraviado. La vuelta de Cleveland era la de un funcionario austero rada. La sola mención de su título invoca imágenes de redención, de
pantallas les habían repetido que el "voto de la razón" era infalible, que el pueblo demandaba de regreso; la de Trump, en cambio, es la de cerrar un capítulo oscuro de la historia estadounidense. Sin embargo,
que la cordura nacional pondría fin al espectáculo de Trump de una un líder que encarna el desafío a los pilares mismos de la democracia tras esa fachada grandilocuente, esta ley ejemplifica uno de los vicios
vez por todas. ¿Quién en su sano juicio, les aseguraban, podría volver liberal. más comunes de nuestra época: la ilusión de justicia mediante el
a votar por aquel personaje? Todo estaba en su sitio, la farándula ¿Qué condiciones han permitido el regreso de Trump? simbolismo vacío, el espectáculo legislativo que aplaude su propio
hollywoodense, los colectivos, como en una fiesta donde los invitados -Inversión de los polos políticos estadounidenses idealismo sin detenerse a considerar la realidad. Es fácil comprender
han sido cuidadosamente seleccionados para evitar sorpresas. En el escenario de la política estadounidense, las ideologías han el atractivo de esta ley que condena el linchamiento como crimen de
Pero, ay, lo que esa buena gente experimentó fue el despertar danzado en un perpetuo vaivén, asistimos hoy a una curiosa inver- odio. El problema es que, en pleno siglo XXI, esta ley es poco más que
más amargo imaginable. Los mismos presentadores que durante sión de roles, que han permitido las condiciones para que Trump un saludo al pasado; un ejercicio para aplacar conciencias y decorar
meses les habían prometido la victoria inminente ahora balbucea- gane. El partido demócrata, antaño baluarte de la moderación y agendas políticas. Porque, recordemos, el linchamiento ya es casti-
ban cifras y nombres de estados, uno tras otro, que se inclinaban, el centrismo, ha derivado hacia posiciones que algunos consideran gado bajo las leyes de homicidio y crímenes de odio actuales. (Ley
el mapa electoral se pintaba de rojo —oh, tragedia—. Era como de extrema izquierda. Esta metamorfosis ha provocado, paradóji- de Derechos Civiles de 1968, Matthew Shepard and James Byrd Jr.
si hubieran despertado en un mundo al revés, uno en el que, para camente, que el partido republicano se desplace hacia el centro del Hate Crimes Prevention Act de 2009, ley Federal de Conspiración).
su horror, millones de estadounidenses no solo apoyaban a Trump espectro político, adoptando posturas que antes le eran ajenas, pero Esta ley no aporta ninguna herramienta legal nueva ni una protec-
sino que lo hacían con una vehemencia y una fe casi religiosa. Nadie que siempre se mostraron sensibles a la mayor parte de la pobla- ción adicional que no estuviera ya consagrada en las leyes de dere-
se atrevía a decirlo, pero ahí estaba el veredicto: los votantes, esos ción. Un ejemplo emblemático de esta transformación es la figura chos civiles. En lugar de reformar o resolver los problemas actuales,
personajes impredecibles que aún creen en el poder del sufragio, de Robert F. Kennedy Jr., heredero de una dinastía demócrata se queda anclada en el simbolismo de una causa que, por dolorosa que
habían decidido darle una lección a los que desde sus torres mediáti- por excelencia. Kennedy, conocido por su escepticismo hacia las sea en la memoria colectiva, es ya un consenso social. Y aquí es donde
cas les enseñan qué pensar. Y aquí, en un extraño giro de la historia, vacunas y su postura crítica frente a las intervenciones militares les pregunto: ¿No hubiera sido mejor, acaso, dirigir esos esfuerzos
Grover Cleveland y Donald Trump encuentran un punto en común. estadounidenses, ha encontrado eco en sectores republicanos que hacia una legislación que atendiera los problemas reales de racismo
Cleveland volvió al poder en un tiempo donde las promesas rotas de valoran su defensa de las libertades individuales y su oposición a y violencia que persisten hoy?
Harrison dejaron a los estadounidenses clamando por alguien que las guerras en el extranjero. Este acercamiento ha llevado a que, en En el tema de los derechos reproductivos, Harris prometió mucho
cuidara la economía de todos. Trump regresa en una época saturada un giro inesperado, Kennedy suspendiera su campaña presidencial y lo cierto es que los logros concretos brillan por su ausencia. En un
de narrativas controladas y de una élite que se imagina con derecho independiente y respaldara a Trump. Por otro lado, la figura de Dick inicio, pareció la figura ideal para encabezar una causa tan urgente:
a dictar el destino de los demás. Mientras los medios proclamaban su Cheney, exvicepresidente y símbolo del intervencionismo militar con una retórica afilada, anunció iniciativas para proteger el acceso
fin, las urnas lo traían de vuelta, como un extraño justiciero. republicano ha sido acogida por sectores demócratas que valoran al aborto y a la planificación familiar en un momento en que varias
Cleveland: el político impasible su crítica a Trump y su defensa de las instituciones democráticas. regiones del país amenazaban con restringirlos. Sin embargo, esos
Grover Cleveland no era un político carismático en el sentido Cheney, quien en el pasado fue vilipendiado por los demócratas anuncios se quedaron en palabras. A casi 3 años y medio de ser la
moderno, y probablemente tampoco en el sentido decimonónico. Su debido a su papel en la guerra de Irak, ha manifestado su apoyo a mujer mas poderosa del mundo, no hay evidencia tangible de su
figura era sobria; un hombre de principios y de una seriedad que la candidata demócrata Kamala Harris, argumentando que Trump impacto en ningún área. Y esto como quedo evidenciado el pueblo
bordeaba la austeridad espiritual. No se le conocían las habilidades representa una amenaza para la democracia estadounidense, sin estadounidense lo sabe.
que hoy reconocemos en un líder de masas, ni discursos encendidos ni presentar carga probatoria de su acusación. Este intercambio de Aquí radica su gran paradoja: alza una retórica que pretende
exabruptos populares. Era un hombre cuya sola presencia era como figuras y posturas refleja una reconfiguración ideológica que desafía ponerse del lado de los desfavorecidos, pero termina perdida en un
una resistencia ante las pasiones volubles del público y los apetitos las nociones tradicionales de izquierda y derecha. desierto de ineficacia que deja a todos insatisfechos. Su mayor triunfo
de la política. Cleveland ascendió al poder, y lo hizo con un sentido de Kamala Harris: La pasión sin propósito y el ideal sin parece ser el de figurar como un símbolo de cambio, una suerte de
la integridad que lo llevó a rechazar las prácticas más corruptas de ejecución emblema progresista, aunque ese símbolo sea, al final, una figura
su tiempo. En su primer mandato, se negó a distribuir cargos a sus Harris, ascendió al segundo cargo más alto de la nación con hueca. Porque cuando llega la hora de actuar, de bajar de la tribuna
simpatizantes y correligionarios, esa práctica que hoy llamaríamos promesas de cambio y renovación, pero su mandato se ha caracteri- y entrar al ruedo, lo que encontramos es un vacío político, un abismo
“clientelismo” y que entonces era más bien una ley tácita de la política. zado por una inquietante inacción y una ausencia de políticas públi- que ella llena no con soluciones, sino con relatos de sus viejas hazañas
Su negativa le ganó enemigos en el propio partido demócrata, pero cas tangibles que respalden su retórica inicial, plagada de slogans como fiscal en California, narraciones de proezas que, a estas alturas,
también lo consagró como un reformador. "Un hombre no puede progresistas. Desde su designación como vicepresidenta, Harris ha parecen anécdotas de guerra contadas en la sobremesa para impre-
cumplir con su deber en este cargo si debe más lealtad a sus amigos evitado confrontaciones directas con los medios de comunicación, sionar a los invitados. Pero lo cierto es que esos tiempos parecen perte-
que a su país", afirmó con su parquedad intransigente. Cleveland, manteniendo un perfil bajo que contrasta con la expectativa de lide- necer a otra vida, una en la que el pragmatismo quizá aún tenía un
con su grisura solemne, rompía con los moldes. razgo activo que muchos esperaban. Su gestión en la frontera sur, lugar en su agenda. Hoy, en cambio, su afán por mantener la pureza
Trump: el regreso de la furia una de las crisis más apremiantes del país, ha sido objeto de críticas ideológica ha resultado ser como echarles sal a manos llenas al guiso:
La comparación con Donald Trump, evidentemente, es irónica. por su falta de contundencia y eficacia. A pesar de ser encomendada un exceso que arruina cualquier esperanza de sabor. La ideología,
Cleveland, con su silencio monástico, contrasta radicalmente con la directamente por Joe Biden para abordar las causas fundamentales como la sal, debería dosificarse;
efervescencia pública y mediática de Trump. Sin embargo, el para- de la migración, no hay evidencia de iniciativas concretas que hayan Estados Unidos (y el mundo) necesita políticos que se atrevan a
lelo entre ambos reside en el contexto de sus respectivos regresos. mitigado la situación. Su ascenso a la candidatura presidencial idear soluciones posibles, no soñadores de una redención abstracta,
Cleveland volvió al poder impulsado por una sociedad decepcionada demócrata, sin pasar por las primarias, suscito cuestionamientos no líderes que se queden en la superficie de las grandes palabras y
con el gobierno de Harrison, un país que sentía que el sistema les sobre la legitimidad de su liderazgo. La falta de un mandato claro de que confunden los gestos simbólicos con el progreso real.