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SENTIR Y LEER LA SELVA COMO
LESLY Y SUS HERMANOS
Los cuatro niños indígenas rescatados en la selva colombiana nos han dado una lección de vida. Y a la vez han revelado
cuán incapaz es la cultura urbana de entender otras cosmovisiones, otras formas de ser y estar en el mundo
Por RAMIRO ESCOBAR LA CRUZ Incluso el padre de los cuatro niños
denunció estar amenazado por disidencias
ientras recorría uno de los de las FARC, con lo que este trance, feliz en
pasillos de un gran almacén de medio de todo, es solo como un respiro espe-
alimentos, lleno de escaparates ranzador para comunidades indígenas que,
Mcon lechugas bien embolsadas, cada día, tienen que lidiar con amenazas
suculentos filetes de carne, frutas brillosas diversas.
y bebidas finamente embotelladas, irrum- Esos niños andaban sumergidos en el
pió en mi memoria la historia tormentosa, departamento de Caquetá, una región
pero al final feliz de Lesly, Soleiny, Tien y colombiana que ha sido campo de batalla,
Cristin, los cuatro niños de la etnia huitoto tierra de extorsiones y crueldad. Son el
que desaparecieron en la selva colombiana. símbolo de que la vida continúa, más allá
Los cuatro pequeños nos han dado a todos de todo espanto.
una lección de vida y resistencia. Mención aparte merece Lesly, la niña de
Corre el asombro por buena parte del 13 años que, según su relato, lideró el grupo
planeta y se hacen decenas de preguntas y protegió a sus hermanitos, incluyendo a
sobre cómo hicieron para no sucumbir en uno de menos de un año.
medio de árboles incontables, lluvias copio- Incluso en este sorprendente y terrible
sas y animales (sobre todo insectos) por episodio, las mujeres ejercen las labores de
doquier. cuidado, levantan la esperanza, resisten y
Se ha llamado milagro al hecho de persisten, no se rinden.
haberlos encontrado. Pero acaso lo que, en Sufrieron mucho en el conflicto armado
el fondo, nos ocurre a quienes vivimos en colombiano, y aún hoy tienen que soportar
la comodidad —con frecuencia pernicio- violencias múltiples en la selva y en las
sa— de las ciudades es que no entendemos ciudades. Pero siempre saben lidiar con la
muchas cosas. No sabemos bien cómo vivir tormenta.
o sobrevivir. Discovery Channel, ese magnífico canal
Alex Tufino, un indígena de la etnia de cable, tiene un conocido programa
ticuna, ha dado en una entrevista algunas llamado Supervivencia al desnudo, en
claves para entender lo ocurrido alejadas el cual personas provenientes de varios
del barullo convencional. países y ciudades son soltados desnudos
“Nosotros no lo vemos desde el miedo, en medio de la selva, por lapsos de 21, 40 o
desde el peligro, sino desde el respeto. Cada hasta 60 días.
centímetro de la selva tiene una espirituali- Sufren lo indecible para comer,
dad que no puedes evadir”, dice. buscar agua, tener cobijo.
Y añade que, desde niños, los indígenas Pero si se enferman hay un médico cerca
saben qué fruta comer o, por ejemplo, seguir que los atiende y eventualmente los lleva a
a los monos que dejan restos de comida Fotografía cedida por las Fuerzas Militares de Colombia del día del rescate de los niños un hospital, o pueden volver cuando deseen
cuando se marchan. en el Guaviare.FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA (EFE) a sus vidas habituales.
Incluso sugiere que los niños no estaban En otras palabras: en el mundo urbano,
exactamente “perdidos en la selva”, sino Leen la selva, con una sabiduría impresio- volvieron hayan dicho que los espíritus de para vivir tal experiencia, hay que imagi-
alejados de su familia, pero en su ecosiste- nante. Para ellos, la tierra no es un pedazo la selva los ayudaron. narla, organizarla, preverla, tener todas
ma propio. de polvo y rocas; es el territorio donde viven Desde el balcón de nuestra vida cómoda, las seguridades.
Y que la selva, en lugar de amenazarlos, sus ancestros, sus deidades y sus espíritus. no entendemos ese sentido común, esa En el mundo indígena eso suele ser lo
los salvó. Porque sabían cómo encontrar allí Está viva y por eso, se resisten a ser forma de ver y sentir los bosques, los ríos, el habitual y en innumerables sitios no hay,
su sustento, cobijo, un modo de continuar. traslados a otro lugar, cuando a veces llega mundo, los cielos. literalmente, la salvación para enfer-
Para quienes estamos demasiado acos- aparatosamente una empresa de hidrocar- Adolecemos de cierta ignorancia, como medades que se controlan fácilmente en
tumbrados a vivir entre escaparates profu- buros o de minería. afirma Rufino. Es como si la civilización una ciudad. Los indígenas, en suma, casi
sos, aparatos electrónicos chirriantes o Entre los Awajún de la selva peruana, por urbanita, a pesar de darnos tantos benefi- siempre están sobreviviendo, muchas veces
grandes almacenes de todo y de nada, esto citar un caso, Nugkui es un espíritu feme- cios y facilidades, nos hubiera provocado sin médicos cerca, y desnudos de protección
suena extraño, o hasta un poco fantasioso. nino que vive bajo la tierra, desde donde severas discapacidades para lidiar con la en medio de la intemperie de la existencia.
Pero la selva, y otros ecosistemas, son protege a las plantas y los seres humanos. naturaleza. Pero a la vez son felices por vivir entre
así: no te tragan, no quieren matarte, no Para no pocos grupos indígenas, los ríos Y con nuestra propia naturaleza, tan bosques que aman y respetan; no se pelean
te azotan fieramente, ni pretenden que te y cochas (lagunas) son sagrados y quien se incapaz de entender cosmovisiones distin- tanto por ver quién es el mejor; y pueden
ahogues en sus entrañas. ahoga en ellos en realidad no muere, sino tas a las nuestras, tan válidas y acaso más mirar y sentir todos los días la luz indesci-
Simplemente son lo que son, florecen y que se va a un mundo que está bajo el agua útiles que las que, predominantemente, frable del cielo, el correr insondable de las
alientan el torrente de la vida, aun cuando desde donde se puede comunicar en sueños. hemos puesto en marcha en el planeta. aguas o el canto conmovedor de cientos de
en varios lugares hayan sentido el brutal Los propios huitotos, que también viven Porque, claro, ahora estos niños indíge- animales.
golpe del animal humano desatado, sin en el Perú, consideran sagrados al oso pere- nas son famosos, heroicos, pero en la propia Estos niños nos lo han contado nueva-
cuartel y ética mínima cuando de explotar zoso y a otros animales, y cuando se desató Colombia la matanza de líderes indígenas mente, desde su inocencia.
recursos se trata. la pandemia de covid-19 apelaron a su ha sido infame (solamente el año 2022 han Aunque quizás no falten quienes quieran
Los indígenas no son buenos, per se. protección, así como a las plantas que, para muerto 42) y, tanto el extractivismo ciego convertirlos en estrellas, de esas que brillan
También depredan, pero son mucho más ellos, “son como seres humanos”. como la violencia armada los ha golpeado no en la Amazonia sino sobre las pomposas
cautos e inteligentes. De allí que los abuelos de los niños que de manera despiadada. alfombras rojas. (El País, España)