Page 41 - ¿Quién se ha llevado mi queso?
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Tal como le sucediera antes, comprendió que aquello de lo que se tiene miedo,
nunca es tan malo como lo que uno se imagina. El temor que se acumula en la mente
es mucho peor que la situación que existe en realidad.
Al principio de su nueva búsqueda experimentó tanto miedo de no encontrar
nunca Queso Nuevo que ni siquiera deseó empezar a buscarlo. Pero lo cierto es que,
desde que iniciara su viaje, había encontrado en los pasadizos Queso suficiente para
continuar la búsqueda. Ahora, esperaba con ilusión encontrar más. El simple hecho
de mirar hacia delante ya resultaba estimulante.
Su antigua forma de pensar se había visto nublada por sus preocupaciones y
temores. Antes solía pensar en no tener Queso suficiente o en que éste no durase
tanto como deseaba. Pensaba más en lo que pudiera salir mal que en lo que podía
salir bien.
Pero eso cambió por completo desde que saliera por primera vez del depósito de
Queso Q.
Antes pensaba que nunca deberían haberles cambiado el Queso de sitio y que ese
cambio no era justo.
Ahora se daba cuenta de que era natural que el cambio se produjese
continuamente, tanto si uno lo espera como si no. El cambio sólo le sorprende a uno
si no lo espera ni cuenta con él.
Al comprender repentinamente que había cambiado sus convicciones, se detuvo
para escribir en la pared:
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