Page 39 - ¿Quién se ha llevado mi queso?
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Al cabo de un rato, Haw inició el regreso al depósito de Queso Q y encontró a
Hem, a quien ofreció unos trozos de Queso Nuevo, que éste rechazó.
Hem apreció el gesto de su amigo, pero le dijo:
—No creo que me vaya a gustar el Queso Nuevo. No es a lo que estoy
acostumbrado.
Quiero que me devuelvan mi propio Queso, y no voy a cambiar hasta que no
consiga lo que deseo.
Haw se limitó a sacudir la cabeza con pesar, decepcionado. Algo más tarde, de
mala gana, volvió a marcharse solo. Mientras regresaba hasta el punto más alejado
que había alcanzado en el laberinto, echó de menos a su amigo, pero esos
pensamientos desaparecieron en cuanto se dio cuenta de lo mucho que le agradaba lo
que estaba descubriendo. Antes incluso de encontrar lo que confiaba fuese una gran
provisión de Queso Nuevo, si es que la encontraba alguna vez, ya sabía que no era
únicamente el tener Queso lo que le hacía sentirse tan feliz.
Se sentía feliz por el simple hecho de no permitir que el temor dictaminara sus
decisiones. Le gustaba lo que estaba haciendo ahora.
Consciente de ello, Haw no se sintió tan débil como cuando estaba en el depósito
de Queso Q, sin Queso. Experimentó la sensación de tener nuevas fuerzas por el
simple hecho de saber que no iba a permitir que su temor le detuviera, y que había
tomado una nueva dirección, alimentado por ese conocimiento.
Ahora, estaba convencido de que encontrar lo que necesitaba sólo era cuestión de
tiempo. De hecho, tuvo la impresión de haber descubierto ya lo que andaba buscando.
Sonrió al darse cuenta:
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