Page 53 - ¿Quién se ha llevado mi queso?
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Un debate
Algo más tarde,
ese mismo día
Cuando Michael terminó de contar la historia, miró a su alrededor y observó que sus
antiguos compañeros de clase le sonreían.
Varios le dieron las gracias y le aseguraron que sacarían buen provecho de aquella
narración.
—¿Qué os parecería si nos reuniéramos más tarde para comentarla un poco? —le
planteó Nathan al grupo.
La mayoría de ellos contestaron que les encantaría hablar sobre lo que acababan
de escuchar, así que dispusieron encontrarse más tarde para tomar una copa antes de
cenar.
Esa noche, reunidos en el salón del hotel, empezaron a bromear unos con otros
acerca de encontrar su «Queso» y verse a sí mismos metidos en el laberinto.
Entonces, con toda naturalidad, Angela preguntó a los miembros del grupo:
—Y bien, ¿quiénes erais cada uno de vosotros en la narración? ¿Fisgón,
Escurridizo, Hem o Haw?
—Precisamente esta tarde me dediqué a pensar en eso —contestó Carlos—.
Recuerdo con claridad una época, antes de que iniciara mi empresa de artículos
deportivos, en la que tuve un duro encontronazo con el cambio.
»En aquella situación no fui Fisgón, desde luego, porque no husmeé la situación
ni detecté a tiempo el cambio que se estaba produciendo y ciertamente tampoco fui
Escurridizo: no entré en acción inmediatamente.
»Más bien fui como Hem, que quería permanecer en territorio conocido. Lo cierto
es que… Lo cierto es que no quería tener nada que ver con el cambio. Ni siquiera
deseaba verlo.
Michael, para quien el tiempo no parecía haber transcurrido desde los años que él
y Carlos fueron tan buenos amigos en la escuela, preguntó:
—¿De qué estás hablando, amigo?
—De un inesperado cambio de trabajo —contestó Carlos.
—¿Te despidieron? —preguntó Michael echándose a reír.
—Bueno, digamos que no quería salir ahí fuera a buscar Queso Nuevo. Creí tener
una buena razón por la que el cambio no me ocurriría a mí. Así que, cuando sucedió,
me sentí bastante alterado.
Algunos de los antiguos compañeros, que habían guardado silencio al principio,
se sintieron más cómodos ahora y empezaron a hablar, incluido Frank, que pertenecía
a las Fuerzas Armadas.
—Hem me recuerda a un amigo mío —dijo Frank—. Iban a cerrar su
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