Page 125 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
P. 125
Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma
VIVE CADA DÍA
L
a perfección muy aguda que poseía Ana no era común, ya que la
mayoría de niños a esa edad recién estaban aprendiendo a contar
números de dos cifras y divagaban felices tratando de entender el
mundo que los rodeaba, Ana María magdalena desde pequeña era una niña
idealista criada en una realidad que no calzaba en sus aspiraciones y sueños.
Desde temprana edad fue consiente de todo lo que pasaba a su alrededor,
identificaba la pobreza en la que vivía sobre todo cómo la gente a su alrededor
no se “preocupaba” en avanzar, solo se quejaban de la suerte que les toco.
Durante los 4 años restantes de su educación primaria “no quería usar" los
mismos zapatos viejos que le fueron obsequiados por sus primas las cuales se
cambiaban de par cada ciclo escolar. Ya que sus padres poseían una mejor
posición socioeconómica gracias a sus títulos universitarios. Ana María se sentía
hostigada de comer todos los días arroz y algún mejunje de las cuales su
acongojada madre se valía para apalear el hambre de 9 bocas que alimentar, casi
no veía a su padre el cual tenía que aceptar trabajos mal remunerados junto a
maltratos por parte de sus capataces para ganarse sus 20 soles diarios y poder
proveer escasamente a su hogar.
Ana María comprendía todo, cosa que incluso adultos no logran hasta que
se encuentran en sus últimos minutos de vida. Sin embargo, incluso a veces le era
confuso entender como su madre decidió tener más hijos en la condición precaria
en la que vivía, acaso su madre no sabía que ella iba a sufrir ante la necesidad de
comida, protección y libertad.
Ana era realista veía a la pobreza como una cadena que le impedía y hacia
extremadamente complicado obtener lo que quería, así como la vez que deseaba
92