Page 9 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
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Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma


                  todo momento, y como Mía decía: “Cada vez que mandes al carajo a alguien,

                  levanta tu dedo medio y recuerda que no se meten con uno sino con dos.”

                         El tiempo de espera había terminado, ya era turno de Alí. Ingresaron diez

                  bailarines de los cuales muchos de ellos eran reconocidos en el País. Mía cruzaba

                  los dedos y empezó a mencionar frases como si se tratase de un ritual, él se puso

                  completamente diaforético, se notaba el miedo a fracasar, simplemente atinó a

                  coger el collar que colgaba de su cuello, ya que era su amuleto de buena suerte,

                  porque era lo único que había conservado tras la muerte de su abuela debido al

                  padecimiento de Alzheimer.

                         Mientras se trasladaba desde el pasillo hasta el auditorio, sus pasos se

                  volvían lentos, se veía algo desorientado, pues siempre tenía la costumbre de

                  repasar su coreografía de forma mental. Ya cerca de la puerta del escenario, dio

                  un suspiro muy largo que le permitió tranquilizar los nervios, e ingresar. Uno por

                  uno iban presentándose, demostraban en cada paso de baile aquella pasión que

                  sentía por la danza clásica.

                  “Fue una sensación inexplicable, una inmensa responsabilidad el saber que todos

                  mis años de sacrificio dependería de un par de minutos de presentación. Estar al

                  frente de los jurados me causó sentimientos encontrados, por un lado, cumpliendo

                  la promesa que hice a mi madre y por otro lado al no tenerla conmigo.” fue lo que

                  dijo Alí.

                         La canción “Chasing Cars” de la banda de rock “Snow Patrol” se escuchaba

                  ya en el auditorio, Alí se encontraba en posición procediendo a bailar; sus pasos

                  eran  suave  pero  marcados  a  la  vez,  su  expresión  corporal  mezclados  con  la

                  música, trasmitían paz; sus gestos del rostro producían ternura, se sentía aquella

                  pasión conforme pasaban los segundos, esas agallas al irse desplazando por todo

                  el escenario, sentías que volaba.

                         Después de dos minutos, Alí terminó de bailar; se apreciaba que había

                  dejado todo su esfuerzo en esa presentación, luego de despedirse del jurado


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