Page 21 - El imaginario de la razón (LIBRO FISICO-CALAMEO)
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El imaginario de la razón
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Diez infelices si se lo propusieran conseguirían
llenar un dedal con sus lágrimas. Un avaro al que
acaban de robar, sin quererlo, el desierto y sus
adyacencias.
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No toda la soledad puede considerarse odiosa.
El holgazán, por ejemplo, detestaría verse acompa-
ñado de muchas bocas que alimentar.
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Está demás insistir con el sordo, tratar de que el
ciego vea o que el tonto se vuelva responsable de
sus actos. Por eso, quien dedique su vida a la ense-
ñanza, deberá entender que hay tareas imposibles.
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Los negros son gente de un parecer muy extrava-
gante... Los blancos tratan de ser mesurados pero
no pueden… A los orientales se les acusa de par-
cos y un árabe podría parecernos hasta muy alegre.
Sin embargo, algo hay de común en todos ellos: el
mismo carácter y opinión frente al dinero.
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Pasado el tiempo, todos los males se vuelven una
carga soportable. ¡Pero cuidado! Este es un con-
suelo para el burro, no para el hombre.
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