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hacían tristemente parte de la cotidianidad de la tacita de té,
envolviendo a la ciudad en una oleada de miedo y terror. Mi mamá
biológica me cuenta que ella perteneció a diferentes grupos políticos de
izquierda de ese tiempo; las manifestaciones, las marchas, las papas
bomba, las drogas, fiestas y demás hacían parte de su diario vivir.
Hubo ocasiones en que su libertad fue silenciada por los barrotes de
alguna comisaria y esto le causaba màs rabia y deseo de continuar con
sus luchas. Ya les había contado que apenas yo era un bebé y ya estaba
envuelta en drogas, fiestas, luchas y muchas soledades. Mientras mi
mamá estaba inmersa en todo este tipo de situaciones, el cerebro se le
nublaba y se olvidaba que tenía una hija, me dejaba en casa, sin ninguna
compañía, con hambre, y con un inmenso frio que cobijaba mi ser, lo
único que podía hacer era llorar, talvez buscando el auxilio de mi papá
o de alguien que viniera a salvarme. Habitualmente la vecina llegaba
y me llevaba para su casa hasta que mi papá llegaba de trabajar, a eso
de las 7am u 8am, ya que laboraba en las noches. Cuando mi mamá
volvía de sus locuras, recordaba de nuevo que tenía una hija y llegaba a
