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POSIBLEMENTE LA MENTE

Dicen que mi abuelo, después de una disertación sobre
cualquier tema, que me hubiera encantado escuchar, Está muy bien. Pero sin restar ningún mérito al abue-
siempre terminaba exclamando: Y por qué, y por qué, y lo, en especial el de ser capaz de marcharse de casa
por qué? casi en la infancia sin nada en el bolsillo y con un
Murió en 1966. Yo no lo conocí por tres meses, mejor di- rumbo incierto, también es verdad que en la época
cho, él no me conoció por esa diferencia de tiempo. Yo no que él trabajó, pese a que ahora se nos llene la boca
hubiera tenido ocasión de entender lo que decía porque hablando de derechos, oportunidades y libertades,
poco hubiera durado su vida por la enfermedad que lo quizá fue más fácil conseguir metas y objetivos si
corroía. Sin embargo sigue siendo, a mis 48 años, punto realmente te lo proponías, sin tantas trabas, limita-
de referencia. No era un hombre cultivado, pero sí culto, a ciones e imposiciones como hoy existen a la mayor
su manera. No era de esta tierra pero sí adoptado por ella. gloria de sustentar un estado megalómano, hiperad-
No era de mi pueblo, pero sí querido por sus gentes. ministrativizado, multiexpedientesco y deshumani-
Cómo se viene de fuera y se marca una personalidad en- zado, en el que la existencia real de esos derechos es
tre los que te rodean?, cómo, después de 48 años, aquéllos inversamente proporcional a la profusión y el descaro
que lo conocieron siguen hablando de él como si hicieran con que de ellos hablan nuestros dirigentes.
un viaje en el tiempo?. Cómo pensaba con una menta-
lidad más avanzada que algunos que hoy se irrogan el No sé, quizá si aquella generación hubiera vivido en
papel de salvadores del pueblo?. esta época habría prosperado más que la nuestra, qui-
El se crió y vivió en un País con muchas limitaciones, zá porque nosotros hemos tenido mucho y ellos no
pero en un estado de cosas en la que aquél que tenía la tenía nada, o casi nada. Pero me da que, pese a todo,
suficiente valentía y habilidad era capaz de decir y defen- habrían tenido muchas más dificultades que las que
der argumentos hoy recurrentes. entonces tuvieron, porque luchar contra la pobreza es
Parece mentira, porque quedamos a muy baja altura ante una cosa, y otra el que para poder hacerlo tengas que
aquella generación, que tuvo hijos en los años 30 y los afrontar rigores y trabas imposibles de asumir si no
crió dignamente, les dio educación y los dotó de una dig- se dispone de medios, y si dispones de medios es que
nidad hoy casi ausente. no eres pobre, ¿verdad?.
Lloro por mi abuelo y por los de su generación, hombres
nacidos en los albores del siglo XX pero que hubieran Becquer decía en una de sus cartas: ·” Dios, aunque
sido posiblemente los genios del siglo XXI. invisible, tiene siempre una mano tendida para le-
Y ya está. vantar por un extremo la carga que abruma al pobre.
Si no, ¿quien subiría la áspera cumbre de la vida con
el pesado fardo de la miseria al hombro?. Si viviese
hoy quizá opinase que Dios, o bien no existe, o se ha
quedado atónito ante tanta impiedad.

No quisiera ser pesimista, pero pese a lo que andan
queriéndonos vender, las cosas están así de jodidas.

Dos nietos con criterios dispares pero con la misma opinión

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