Page 15 - Historias de agua - Antología de teatro comunitario
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ras, el marido de Toña)”. En casa los niños demostraban un
particular aprecio por el títere, incluso querían dormir con
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él. Toña introducía su mano en el alma del títere, lo movía,
le daba voz, mimaba a sus hijos y les decía que ya pronto
volvería su padre.
Al regreso de su esposo continuaron embelleciendo el
jardín; ella le mostró los títeres y hasta lo invitó a acudir a la
Primera Feria Artística que se realizó en la Comunidad de
Los Martínez, en Valle de Santiago. Antonia se siente bien al
incluir a su esposo en sus actividades y le complace la dispo-
nibilidad que él muestra para ayudar en la próxima ocasión
en que se realice un evento similar.
En el proceso del taller Dramática creativa, Toña apren-
dió la importancia de la convivencia: “Me estoy enseñando
a hablar, se me está quitando la pena”, ya que a través del
empoderamiento que adquirió como titiritera y Agente de
Cambio, Doña Toña practica cada vez menos la autocensura.
De igual manera, a partir de la experiencia de la Prime-
ra Feria Artística, Antonia ya sabe qué se requiere en cuanto
a gestión profesional para la programación de una presen-
tación de la obra, por ejemplo, establecer contacto con ella,
quién tiene bajo su cuidado a los títeres y el teatrino, acordar
la fecha de entrega de estos elementos y transportarlos desde
su casa hasta el lugar de la función, y de regreso.
3 Alma o burato, así se denomina al cuerpo de tela del títere guiñol don-
de se introduce la mano, que en el cuerpo resemblaría el torso. Los de-
dos dan movimiento a la cabeza y manos.
Antonieta Franco Rodríguez 13