Page 14 - Historia de México I
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Capítulo muestra
Figura 1.6 Casi todos los mexicanos estuvieron de acuerdo con la coronación de Iturbide, porque veían en él al héroe de la consu- mación de la Independen- cia. Pero... no todos lo vieron así. José Joaquín Fernández de Lizardi, quien fuera el escritor más leído de su tiempo y un convencido republicano, escribió: “Vi con repugnan- cia al héroe de Iguala admi- tir la corona”.
La minería, la cual había sido la principal actividad económica, estaba en bancarro- ta. Guanajuato, después de haber sido una de las principales zonas de producción mine- ra, se volvió la más perjudicada. Como la mayoría de sus trabajadores se había alistado en las tropas, las minas estaban abandonadas e inundadas; eran un desastre completo. Lo mismo pasaba en muchas otras zonas mineras. En 1820 la producción minera descendió a una tercera parte de lo que había sido años atrás.
La producción de las haciendas agrícolas se había reducido a la mitad, ya que mu- chos de sus trabajadores las abandonaron por marchar a la guerra y por falta de capital para trabajarlas. La Iglesia había dejado de recibir gran parte de los diezmos de los feli- greses, quienes en su mayoría se encontraban sin trabajo y en condiciones de pobreza.
Hechos como los anteriores llevaron a una desarticulación administrativa: muchas autoridades españolas tuvieron que salir del país o retirarse de sus puestos en el gobierno; algunos criollos trataron de hacerse cargo de esos puestos vacantes y, junto con el ejérci- to, se perfilaron como los nuevos sectores sociales más poderosos.
Contexto político
No es difícil situarse en ese tiempo y comprender que en él había grandes esperanzas de que, con Iturbide como emperador, reinaría la paz y la prosperidad. Sin embargo, esas esperanzas se desvanecieron rápidamente. Y es que México padecía gran inestabilidad y problemas que no podían resolverse por arte de magia; el principal era la bancarrota na- cional. México había nacido frágil, aunque deseoso de construirse como nación próspera. De ahí que por el año de 1821 proliferaran propuestas acerca de cómo debía ser nuestra forma de gobierno. Como ya se vio, fueron diversas, como diversa era la realidad de un país que carecía de experiencia para gobernarse.
Una de las razones de tal fragilidad fue que no se lograban acuerdos sobre qué con- venía al país. El historiador Javier Ocampo encontró que en 1821 se presentaron al nuevo gobierno más de 150 propuestas para organizar la “nación ideal”, pero muchas de ellas eran antagónicas. Además, el contexto económico era muy adverso.
Iturbide: primer emperador
El 18 de mayo de 1822, Iturbide, habiendo organizado un tumulto popular y respaldado por gran parte del ejército, exigió para sí el título y la corona de Agustín I. Al día siguien- te, el Congreso, por mayoría y ante la fuerte presión del ejército, validó la petición, y el 21 de julio de ese año Agustín de Iturbide fue coronado emperador de México. Él mismo
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