Page 15 - Historia de México I
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Capítulo muestra
Hacia la formación de México como Estado Nación 15
se había pronunciado por un gobierno de tipo monárquico, cuyo funcionamiento ya co- nocía y que le otorgaba un poder y un control casi absolutos.
Lo primero que hizo fue enfrentar la grave crisis financiera mexicana, causada sobre todo por la fuga de capitales de todos los españoles que debieron abandonar el país. Trató de solucionar la crisis ofreciendo nuevas oportunidades de negocio a españoles acaudalados, creando nuevos impuestos, elevando los ya existentes y recurriendo a préstamos forzosos.
Como siempre suele pasar, hubo sectores inconformes dentro del Congreso, por lo que Iturbide mandó aprehender a 15 diputados liberales y reducir la cantidad de delega- dos que trabajaban para el Congreso. Como este siguió quejándose de la manera de ac- tuar del emperador, Iturbide lo disolvió el 31 de octubre de ese mismo año. En su lugar estableció una junta provisional de gobierno formada por 45 diputados, todos ellos desig- nados por él y, por lo tanto, de acuerdo con su política. El emperador argumentó que México era un país que aún carecía de madurez y que necesitaba un sistema fuerte y mano dura que lo dirigiera, tal como él lo estaba haciendo.
El Primer Imperio tuvo contradicciones internas, ya que, por un lado y desde los primeros días de gobierno, recurrió a préstamos y al incremento de impuestos, pero, por otro lado, se favoreció con sueldos muy altos para el emperador y sus funcionarios. Como la situación económica empeoraba, Iturbide exigió a los consulados de comerciantes de México, Puebla, Veracruz y Guadalajara que le prestaran dinero. Además, autorizó que se pidiera al extranjero un préstamo cuantioso. Como tardaría meses en recibirlo, tam- bién exigió préstamos urgentes y forzosos a las provincias. Impuso un monto igual a to- das, aunque sus condiciones económicas eran muy distintas. Para 1822, a un año de su nacimiento como nación, México debía ya 45 millones de pesos.
Como a la Iglesia le convenía, concedió préstamos al gobierno de Iturbide (pero no los concedería más tarde a los primeros gobiernos republicanos, sobre todo a los de tipo federalista). Aun con los préstamos, las necesidades del gobierno eran mayores que sus recursos y solo le quedaba la alternativa del endeudamiento externo. Iturbide pidió dine- ro a Inglaterra, que le fue negado, por lo que el emperador se endeudó con Francia; des- pués, el gobierno de Guadalupe Victoria se endeudó con Inglaterra y Estados Unidos.
Algunas antiguas provincias, como Guadalajara, Zacatecas, Yucatán y Oaxaca, vien- do en peligro sus intereses y advirtiendo la fragilidad del gobierno central, desconocieron al Congreso y se declararon estados libres y soberanos. Este regionalismo resultaba muy grave para la nación como un todo y para las provincias: una y otras se debilitaban.
Por si fuera poco, no escaseaban las pugnas políticas internas entre los grupos que querían imponer una forma de conducir al país, pero que no se ponían de acuerdo en cuál era la más adecuada. En Tamaulipas y en Guerrero hubo brotes de descontento que gene- raron enorme tensión.
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Figura 1.7 Exvoto de Cris- to negro que actualmente se encuentra en el Museo del Paesaggio, en Verbania, Italia. Los exvotos son cua- dros que representan un milagro y que se llevan a un templo en agradecimiento por el milagro recibido. En el siglo xix proliferaron mu- chísimo. Al respecto escri- bió el gran estudioso Carlos Monsiváis: “Los mi- lagros, en un país con gue- rras, crisis continuas, incomunicado e insalubre, eran cosas comunes y corrientes...”.