Page 155 - El Misterio de Salem's Lot
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que a tres personas conocidas: Weasel Craig, que le hacía los honores a una cerveza,
solo en un rincón; Floyd Tibbits, con el ceño tormentoso (esa semana había hablado
tres veces con Susan, dos por teléfono y una personalmente, en la sala de los Norton,
sin que ninguna de las conversaciones hubiera tenido resultado satisfactorio) y Mike
Ryerson, que estaba sentado en uno de los pequeños reservados, contra la pared.
Matt fue hacia la barra, donde Dell Markey estaba secando vasos mientras miraba
una serie en un televisor portátil.
—Hola, Matt. ¿Qué tal?
—Bien. Noche floja.
Dell se encogió de hombros.
—Aja. En el cine al aire libre de Gates dan un par de filmes de motos y no puedo
competir con eso. ¿Vaso o botella?
—Botella.
Dell la sirvió, le quitó la espuma y le agregó unos centímetros más. Matt pagó y,
después de titubear un momento, se dirigió al reservado donde estaba Mike. Mike
había pasado por una de las clases de inglés de Matt, como casi toda la gente joven de
Solar, y Matt se había encariñado con él. Poseedor de una inteligencia media, había
hecho un trabajo superior a la media, porque trabajaba con empeño y preguntaba una
y otra vez las cosas que no entendía, hasta comprenderlas. Además, tenía un gran
sentido del humor, y una agradable e individualista personalidad que lo convertía en
uno de los favoritos de la clase.
—Hola, Mike —le saludó—. ¿No te molesta que me siente contigo?
Mike Ryerson levantó los ojos hacia él y Matt sintió un impacto como si hubiera
tocado un cable. Drogas, fue lo primero que pensó. Y de las duras.
—Por favor, señor Burke. Siéntese. —Su voz sonó indiferente.
Tenía el cutis pálido y profundas ojeras. Los ojos parecían desmesuradamente
grandes y brillantes. En la semipenumbra del bar, sus manos se movían lentamente
sobre la mesa, con aire espectral. Ante él, intacto, había un vaso de cerveza.
—¿Cómo va tu vida, Mike? —Matt se sirvió un vaso de cerveza dominando sus
manos, que querían echarse a temblar.
Su vida había sido siempre tranquila y regular, como un gráfico con altibajos
moderados (y hasta sus depresiones habían sido siempre leves desde la muerte de su
madre, ocurrida hacía trece años), y una de las cosas que lo angustiaban era el
desdichado final que les reservaba la suerte a algunos de sus alumnos. Billy Royko,
muerto en Vietnam, en un accidente aéreo, dos meses antes del alto el fuego; Sally
Greer, una de las alumnas más inteligentes y despiertas que había tenido, asesinada
por su amigo borracho cuando le dijo que quería terminar con él; Gary Coleman, que
se había quedado ciego debido a una misteriosa degeneración del nervio óptico;
Doug, el hermano de Buddy Mayberry, el único chico valioso de una familia de
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