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120 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

en el espíritu de profecía, por la Biblia, que la hora del regreso del judío a su tierra está a la
mano. Sí, señor. Él endureció el corazón de Hitler, y los echó fuera de Alemania; endureció
el corazón de Mussolini, y los echó fuera de Italia. Él los está sacando de todas partes, de la
misma manera que lo hizo en los días cuando Él los sacó. Y cuando estaban listos para salir
de Egipto y cruzar el desierto, ¿qué fue lo que sucedió? Dios envió al país grandes plagas y
cosas; las cuales repetirá otra vez con Sus dos siervos, los dos árboles de olivo de Ezequiel y
de Apocalipsis 11. Él repetirá esas señales y prodigios.
70 Lea en Apocalipsis 11, respecto a estos dos testigos, dice: “Y daré poder a Mis dos
testigos, y ellos cerrarán los cielos durante los días de su profecía. Y herirán la tierra con toda
plaga cuantas veces quisieran”. Ellos son dos testigos en los últimos días.
71 He escuchado enseñanzas modernas que dicen que: “Esas olivas son el Antiguo y el
Nuevo Testamento”. ¡Eso es incorrecto! ¡Incorrecto!
72 Aquí están los dos testigos, y es absolutamente el regreso de Moisés y Elías. Y si usted
se fija, ninguno de ellos… Moisés, murió, ¿pero a dónde se fue? Él tiene que resucitar. Y Elías
fue trasladado sin ver muerte; él tiene que morir, porque todo mortal tiene que hacerlo; así que
él tiene que regresar otra vez. Y son dos testigos.

LA ENCRUCIJADA DEL TIEMPO
15 de enero de 1956 [56-0115]
Jeffersonville, Indiana, Estados Unidos
Rev. William Marrion Branham
30 Ahora, vemos el tiempo en que Nimrod había juntado toda la confederación, y había
hecho que toda la gente viniera a Babilonia y entrara en esa gran confederación, y el tiempo
de toda la maldad que ocurría entre las mujeres, sexualmente, y demás; al mismo tiempo, Dios
tenía un testigo en la Tierra: Enoc, quien caminó con Dios, sin mancha. Al mismo tiempo que
el diablo trabajaba, aparecieron Ángeles en la Tierra, seres sobrenaturales posesionaron al
hombre.
31 Un tipo hermoso del día de hoy también. Mientras el mal aparece, también aparece el
bien.
32 Fíjense que allá, en aquel día malo, antes de la destrucción, Dios tuvo un hombre
predicando el Evangelio, un hombre pobre, humilde; no era mucho para el mundo pero era
un hombre que tenía un corazón para escuchar a Dios: Hubo un Noé y un Enoc predicando al
mismo tiempo.
33 Si se dan cuenta, allá en el capítulo 11 de Apocalipsis dice: “Daré a mis dos testigos que
profeticen (en los postreros días)”. Dos testigos nuevamente en los postreros días, Apocalipsis
11, “y ellos realizarán señales y prodigios entre la gente”.
34 Fíjense allá, cuando Noé y Enoc estaban predicando. Noé estaba predicando un Mensaje
que parecía una locura para el mundo. Y Noé… aquí está eso de nuevo. Noé estaba preparando
un arca, un lugar seguro; ya eso era un milagro en sí. Cómo un hombre, en tierra seca, donde
nunca había llegado el agua, estaba preparando un arca para flotar en un mar poderoso que
estaría allí. Y diciendo: “Vendrá de los cielos”. ¿Dónde estaba? Por fe eso era un milagro en
sí. “Noé, advertido de Dios, preparó un arca”. ¿Lo entienden? No importa cuán tonto parezca
o cuán fanático parezca para la gente: era un milagro ver a un hombre martillando todo el
tiempo. Eso parecía algo fanático.