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44   La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia

               Piedra de Cabecera. Será una súper-Iglesia, una súper-raza mientras se acerca a la gran Piedra
               de Cabecera. Serán muy parecidos, tan parecidos a Él, incluso serán a su misma imagen, en el
               orden de estar unidos a Él. Ellos serán Uno. Ellos serán la manifestación misma de la Palabra
               del Dios viviente. Las denominaciones nunca podrán producir esto.
                   (…)  417  Entonces, de un grupo pequeño de la Simiente verdadera de la Palabra, Dios
               presentará a Cristo una Novia amada, una Virgen, una Virgen de Su Palabra. Y a través de ellos
               y por ellos será llevado a cabo todo lo que ha sido prometido por Su Palabra en la Virgen, quien
               no conoce credos o dogmas hechos por el hombre.
                   418  La Palabra de promesa en Sí misma, como lo fue en María, Dios mismo hecho manifiesto.
               Él actuará por Sí mismo, por Su propia Palabra de promesa, para cumplir todo lo que ha sido
               escrito de Él, como lo hizo cuando vino del vientre de la virgen. Tipo del vientre del Espíritu
               ahora, así lo hará la Virgen ahora, aceptando Su Palabra: “Hágase en mí como Tú has dicho”.
               Aunque fue dicho por un Ángel, sin embargo era la Palabra escrita, Isaías 9:6.
                   419  Ellos Le amarán, amarán lo Suyo, y tendrán Sus potenciales, pues Él es su Cabeza. Y
               ellos son Sus súbditos, sujetos a Su Cabeza. El liderato de Cristo era de Él.
                   420  ¡Noten qué armonía! Jesús nunca hizo nada hasta verlo del Padre o que el Padre le
               enseñara primero (armonía entre Dios y Cristo, vean Juan 5:19). Así será la Novia, y Él le
               enseña Su Palabra de Vida. Él le enseña, y Ella la recibe. Ella nunca la duda. Ninguna cosa
               puede hacerle daño, ni aun la muerte. Pues si la Semilla es plantada, el agua la levantará de
               nuevo. (Amén. Entonces me llegó un gran “¡Aleluya!”). Aquí está el secreto: La Palabra está
               en la Novia, y la mente de Cristo, para saber lo que Él quiere que se haga con la Palabra. Y Ella
               lo hace en Su Nombre. Ella tiene ASÍ DICE EL SEÑOR. Entonces Ella es germinada para que
               el Espíritu Santo la riegue hasta que crezca y sirva su propósito.
                   421  Ellos solo hacen Su voluntad (¡Amén! Yo creeré eso). Nadie puede persuadirles diferente.
               Ellos tienen ASÍ DICE EL SEÑOR, o se quedan quietos. Entonces ellos harán las obras de
               Dios, pues es Él mismo en ellos continuando el cumplimiento de Su Palabra, así como Él lo
               completó en Sus días. Todas las cosas, cuando Él estuvo aquí… Él no completó todo cuando
               Él estuvo aquí, pues no era el tiempo todavía.
                   422  Ahora, parémonos como Josué y Caleb.  (Ahora, pongan suma atención.  Esto va a
               tener un trasfondo espiritual). Ahora, parémonos como Josué y Caleb, mientras miramos la
               tierra prometida aparecer. Está llegando el tiempo para ser dada. Josué en hebreo significa
               ‘Salvador’, y representa al líder del tiempo final prometido para llevar a la Iglesia al otro lado.
               Caleb representa el creyente verdadero que se quedó con Josué. Dios comenzó con Israel como
               una virgen con Su Palabra. Pero ellos querían alguna cosa diferente. Así también hizo la Iglesia
               del último día.
                   423  Noten cómo Dios no movió a Israel hasta el tiempo designado por Él. (Ahora escuchen.
               Esto va a significar algo). Josué esperó por ese tiempo. No importa qué tanto hubiese dicho
               la gente: “Dios nos dio la tierra, la promesa; vayamos ahora y tomémosla”. Puede ser que
               hayan dicho ellos: “Josué, tú perdiste tu comisión. Tú estás todo acabado. ¿Por qué no estás
               haciendo alguna cosa? Tú solías hacer, saber el ASÍ DICE EL SEÑOR en un momento, y cuál
               era la voluntad de Dios”. Pero este profeta sabio, mandado de Dios, sabía la promesa de Dios,
               pero también sabía esperar por esa promesa, una decisión clara de Dios para su tiempo. (Vean
               estas parábolas. Ahora vigilen). Y cuando llegó el tiempo, Dios se la dio a Josué, que había
               permanecido con Él, por la Palabra, pues Él no podía confiar en otros. Podía confiar en él. Y
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