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52 DR. WILLIAM SOTO SANTIAGO
sus dos hijos; por lo tanto, ya la bendición primera, que es
la Bendición del Primogénito, se la había llevado el que
buscó esa bendición; el que buscó con su familia esa
bendición, se la llevó primero.
Por esa causa, cuando luego va a bendecir a sus otros
hijos, dice: “Juntaos y oíd, hijos de Jacob...”.
Ahora, tenemos que también ver que en esta misma
ocasión en que bendice a los demás hijos, luego echa otra
bendición sobre José. Ahora, dice:
“Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
Y escuchad a vuestro padre Israel”.
¿A quién tenían ellos que oír? A Jacob, a Israel.
No es oír a cualquier persona para recibir la
bendición que corresponde al tiempo en que uno está
viviendo; sino al profeta que Dios tiene en la escena
para ese tiempo, con la bendición que corresponde para
ese tiempo; porque ninguna otra persona tiene la
bendición que los hijos de Dios necesitan en ese tiempo.
Si la persona dice: “No, si dondequiera es lo mismo”.
No es lo mismo dondequiera. No es lo mismo en el lugar
que corresponde, que Dios ha señalado y tiene la
bendición, no es lo mismo que otro lugar que Dios no ha
señalado, y que Dios no tiene ese Mensaje de Bendición.
El lugar correcto para estar cada hijo de Dios, es el lugar
en donde Él tiene la bendición correspondiente para ese
tiempo; y escuchándola por medio del mensajero que Él
tiene para ese tiempo. Fuera de ese lugar no escuchará la
bendición de Dios para ese tiempo.
Ahora, dice: