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EL MISTERIO DE LA BENDICIÓN DE . . . 53
“Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
Y escuchad a vuestro padre Israel.
Rubén (ahora comienza con el mayor), tú eres mi
primogénito, mi fortaleza y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad, principal en poder.
Impetuoso como las aguas, no serás el principal (no
serás el primogénito en cuanto a la bendición),
Por cuanto...”.
Ahora veamos cómo una persona puede perder la
bendición de Dios, cómo una persona puede perder esa
Bendición de Primogénito; porque le tocaba la Bendición
del Primogénito a Rubén.
Y por algún motivo, encontramos que a través de la
historia bíblica hubo personas que perdieron la Bendición
del Primogénito.
Estudiamos o hemos visto el caso de Esaú: Esaú perdió
la Bendición del Primogénito, porque cuando tuvo hambre
al regresar del campo, de cacería, del bosque, Jacob tenía
una comida preparada; y Esaú vino cansado, como decimos
algunas veces cuando llegamos llenos de hambre, y
decimos: “Estoy muerto del hambre”, y así dijo Esaú.
Ahora, le pidió comida porque tenía hambre; y Jacob, el
cual estaba buscando la Bendición del Primogénito desde
que estaba en el vientre de su madre, le dijo: “Bueno, yo te
daré de esta comida que tengo aquí; pero véndeme la
primogenitura. No tienes dinero, no tienes nada, no tienes
cacería, has llegado sin nada, no tienes nada para comer,
por lo tanto, lo único que podemos hacer, el único negocio
que podemos hacer, es que tú me vendas la primogenitura”.