Page 18 - Tenías que ser tú
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Pasaron las semanas y ya no la llamaba o no tenía ganas de
hablar con Luz María, solo era Ana.
Pasaron las semanas y ya no la llamaba o no tenía ganas de
hablar con Luz María, solo era Ana.
No había día en el que yo no hablara con Ana o no supiéramos
uno del otro. Había días en los que hablábamos menos y nos
echabamos mucho de menos. Incluso a mi cada vez que no
dormía escuchando su voz me parecía raro. Sentía cada vez más
la necesidad de estar con ella, pero siempre sentía un vacío en
mi interior de que nunca me podría abrir a alguien.
Ana me lo pedía muchas veces que me abriera a ella, que le
contase mis problemas, pero lo que ella no sabía es que mis
problemas estaban acabando cada vez que estaba con ella.