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Literatura 3° Secundaria
b. Segundo acto
En Chipre, una tormenta ha destruido la flota turca antes de que los venecianos combatieran contra ella.
Casio ha desembarcado ya; aparece la nave de Otelo, también esperada por Desdémona, Yago, Rodrigo y
la mujer de Yago (Emilia), llegados antes en otra nave. Entre todos ellos se forma una conversación un
tanto desvergonzada en sus alusiones nupciales. Aparece Otelo y se va con Desdémona. Yago convence a
Rodrigo que Desdémona, en realidad, está enamorada de Casio, y le incita a provocar a este para que le
quiten su puesto de lugarteniente de Otelo. Chipre está en fiestas: Yago quiere hacer beber a Casio,
quien se marcha, pero vuelve con otros (entre ellos, Montano) que ya han conseguido que beba, y se va
otra vez. Yago manda a Rodrigo a provocar a Casio, que vuelve persiguiendo a Rodrigo. Casio, en lucha,
hiere a Montano, que lo quería retener. Aparece Otelo, para saber qué riñas son esas. Las hipócritas
declaraciones de Yago contribuyen a que despida a Casio de su puesto de lugarteniente suyo. Quedan
solos Yago y Casio; Yago convence a Desdémona, y luego (ya solo) decide que Emilia también ayude a Casio
en esa.
c. Tercer acto
Yago va a buscar a Emilia para que Casio hable con ella sobre cómo ver a Desdémona. Casio se entrevista
con Desdémona, encargándole que interceda ante Otelo para recuperar su puesto de lugarteniente. Se
está despidiendo cuando llega Otelo y lo ve irse. Desdémona intercede por Casio ante Otelo, pero este
aplaza el asunto. Yago suscita celos en Otelo. Vuelve Desdémona y encuentra perplejo a Otelo. Se le cae
el pañuelo que le había regalado Otelo, con quien se va. Emilia recoge el pañuelo. Yago lo ve al llegar y se lo
pide, para dejarlo caer luego en el cuarto de Casio. Vuelve Otelo, ya del todo celoso. Yago le dice que,
aunque no pueda ahora probar sus celos, están bien fundados, y le promete pruebas. Desdémona, con
Emilia, va a buscar a Casio. Aparece Otelo: Desdémona le dice que ha mandado llamar a Casio para que
hable con él. Otelo le pide el pañuelo que, según Yago, habría regalado ella a Casio. Como Desdémona no lo
tiene, se va furioso. Entran Yago y Casio; este habla con Desdémona sobre la inutilidad de sus intentos de
mediación. Casio, que tiene el pañuelo de Desdémona (sin saber que es de ella, por haberlo encontrado en
su cuarto, dejado allí por Yago), se lo da a una mujer con quien tiene amores, Blanca.
d. Cuarto acto
Yago, con insinuaciones, aumenta los celos de Otelo, quien sufre un ataque. Yago hace que Otelo se
esconda para observar su conversación con Casio, llevada por él malignamente. En realidad, habla con
Blanca, pero de modo que Otelo piense que se refiere a Desdémona. Blanca entra entonces y devuelve el
pañuelo de Desdémona a Casio, quien se va con ella. Otelo queda convencido al ver el pañuelo: Yago impide
que se incline a la compasión y al perdón, y lo incita a estrangular a Desdémona. Entra Ludovico, de
Venecia, primo de Desdémona, con una carta en que ordenan a Otelo volver a Venecia, dejando a Casio al
mando de la flota. Otelo abofetea a Desdémona, ya entregado a sus celos, y le dice que se retire. Ludovico
piensa que se ha vuelto loco. Otelo habla de sus celos con Emilia, quien niega toda culpa por parte de
Desdémona. Entra esta, y también rechaza toda sospecha de Otelo. Él se va, y Yago le dice a Emilia que la
excitación de Otelo está causada por sus responsabilidades de mando. Se queda solo Yago, y entra
Rodrigo, quien le reclama que cumpla su promesa de conseguirle ver a Desdémona, a cambio de lo cual le
había dado joyas. Yago lo persuade para que mate a Casio, ya que así no se podrá marchar Otelo,
llevándose a Desdémona. Luego, en una escena entre Emilia y Desdémona, esta canta la famosa canción
del sauce, de tristes presagios y acepta su desvelo.
e. Quinto acto
Yago acompaña a Rodrigo, para que mate a Casio, pero este hiere a Rodrigo, aunque es herido por la
espalda por Yago. Entra Otelo y alaba a Yago, creyendo que ha herido a Casio en atención a él mismo y a
sus celos. Aparece Ludovico, con Graciano, pero no se atreve a acercarse. Entra Yago, en camisa, como
si se hubiera acostado ya. Casio le dice que Rodrigo lo ha herido, sin saber que es el mismo Yago quien lo
ha hecho. Yago remata a Rodrigo para que no descubra su intriga. Llega Blanca, y se llevan herido a Casio,
quien declara no conocer al hombre ya muerto (Rodrigo) que lo atacó. Yago hace que lo retiren. Llega
Emilia, ante la cual Yago echa la culpa de la pelea a Blanca. En la alcoba de Desdémona, entra Otelo con
una luz y la despierta. Otelo la acusa de infidelidad y, a pesar de sus negativas, la estrangula. Antes de
que muera, entra Emilia para contar la riña en que fue herido Casio, pero la interrumpen los gritos finales
de Desdémona (“¡injustamente asesinada!... Muero con muerte inocente”), la cual, sin embargo, muere sin
acusar a Otelo. Este declara a Emilia haberla matado y explica su motivo, la imaginada infidelidad. Emilia
defiende la inocencia de Desdémona y, al saber que todo se basa en el testimonio de su marido, Yago,
afirma que este miente, y cuando lo ve aparecer, junto con Montano y Graciano, le emplaza a que diga la
verdad. Emilia aclara la historia del pañuelo perdido; Yago la mata entonces, furioso de que le descubra en
sus intrigas. Entonces hacen prisionero a Yago, y traen también a Casio, herido, para que se aclare todo.
Otelo, desesperado, hiere a Yago y se da muerte a sí mismo.
¿Sabías que?
La tragedia de Shakespeare sirvió de inspiración para dos versiones
operísticas, ambas tituladas Otello y compuestas por Gioacchino Rossini y
Giuseppe Verdi. Por su parte, el compositor checo Antonín Dvořák compuso
una obertura sinfónica que tituló Otelo, Op. 93.
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