Page 51 - C:\Users\javier\Documents\\ceba cesar vallejo\
P. 51

Nuestra diversidad cultural y el cambio climático

                                              En el 2014, el Ministerio del Ambiente (MINAM) organizó el Concurso Buenas
                                              Prácticas frente  al Cambio Climático en el medio rural, con el propósito de
                                              valorar, recuperar y compartir los saberes y prácticas de las comunidades y
                                              pequeños productores para adaptarse a las condiciones de cambio climático,
                                              o para mitigarlo, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. El
                                              concurso nació con la convicción de que las comunidades albergan saberes y
                                              aprendizajes eficientes que permiten afrontar el cambio climático.

                                              1.  Conservación de suelos con formas de labranza ancestrales, frente a procesos
                                                 de  erosión  intensificados  por  el  impacto  de  lluvias  extremas  torrenciales,
                                                 aparición de enfermedades por excesiva agua.

                                                Localización de la buena práctica: Comunidades campesinas Siusa,
                                                 Ccamahuara y Occoruro, distrito San Salvador, provincia Calca, región Cusco.
                                                Los miembros de estas comunidades campesinas preparan y labran la tierra
                                                 con mínimo impacto, basándose en los conocimientos locales y ancestrales
                                                 de  las  variables  geográficas  y  climáticas  que  afectan  a  sus  comunidades,
                                                 como las lluvias intensas y  las heladas, que incrementan la pérdida de las
                                                 cosechas de papas y ollucos.

                                                Estas lluvias intensas generan la erosión del suelo, además de propiciar la
                                                 formación de charcos de agua que favorecen la aparición de enfermedades
                                                 que arruinan las cosechas. Además, la presencia de las heladas y temporadas
                                                 de sequía intensa también incrementan la vulnerabilidad de sus cultivos.
                                                 Para enfrentar esta situación, emplean su conocimiento tradicional y tienen
                                                 diversos tipos de labranza dependiendo del tipo de suelo: para suelo arcilloso
                                                 o para suelo franco arenoso; diferenciándolos además por la altura donde
                                                 se ubican los terrenos. También crean surcos para que el agua de lluvia
                                                 drene y aprovechan las heladas para transformar los alimentos y preparar
                                                 chuño y moraya.



































        52
   46   47   48   49   50   51   52   53   54   55   56