Page 76 - Historias de los jueves
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Una señora con un Yorkshire la saluda:
—¿Qué, de espera?
—Sí, hoy me toca a mi esperar. Me extraña que no haya venido.
—Eso digo yo. Ella siempre llega antes y se sienta pacientemente a esperarte.
—Sí, ella siempre es muy puntual. Me parece raro que tarde tanto.
—Bueno, no se preocupe. Enseguida aparecerá. ¡Hasta luego!
La mujer se aleja. Laura se pone de pié y vuelve a calzarse los tacones. Se impacienta.
Siente los ladridos de un perro enrabietadamente obstinado, en un punto del seto. Alrededor, el murmullo de una chavalería que mira curiosa. El dueño del perro apenas puede hacerse con el chucho. Laura comienza a acercarse inquieta. Por fin, el hombre da un fuerte tirón llevándose al perro. Los niños continúan mirando. Instantes después se alejan jugando entre ellos.
Laura llega al punto del conflicto para ver qué es lo que ponía nervioso al dichoso perro; pero antes, se alza de puntillas para ver por encima de los rosales una vez más el banco y cerciorarse de que Lina aún no ha llegado. Saca la bolsita que guarda en el bolso a la vez que se agacha, atisbando, para ver más adentro del hueco entre las ramas del seto. Escucha un débil maullido. Laura sacando unas galletitas de la bolsa, las pone con mimo junto al hueco y... otra vez, el maullido. Laura pregunta:
—¿Lina?¿Eres tú?
[Loli Pineño — 76]