Page 2 - matematicas
P. 2
Los armónicos
Pero con una nota no hacemos nada, necesitamos más sonidos. ¿Qué otra frecuencia
escogeremos? ¿441 Hz? ¿1000 Hz? ¿33,67 Hz? No podemos hacerlo arbitrariamente, sino
que lo lógico sería escoger un sonido que fuera lo más consonante posible con La. Un
sonido consonante es aquel que suena "bien" con otro, que provoca un efecto agradable,
como si ambos sonidos tuvieran algo en común. En cambio, un sonido disonante es aquel
que suena "mal", que produce un efecto violento y desagradable al sonar con otro. En la
música se usan ambos efectos, según la impresión que se quiera crear en el oyente. Los
sonidos disonantes vienen bien para momentos de tensión o emoción, mientras que los
consonantes se usan para provocar un efecto de tranquilidad y armonía. Pero de momento
nos interesan más los consonantes, porque queremos crear una estructura básica en la que
todo "encaje"; para crear disonancias siempre estamos a tiempo.
Lógicamente, la consonancia tiene que ver con la relación
de las frecuencias. Si la forma de la onda de ambos sonidos
tiene alguna relación, serán consonantes; si no, se crea
una disonancia. Parece lógico, por tanto, probar de
entrada con la frecuencia justamente doble, 880 Hz. Si
escuchamos ambos sonidos veremos que tienen una
bonita similitud; uno más agudo que otro, por supuesto,
pero nos provocan una sensación muy parecida. Lo
mismo ocurre si probamos con la mitad de la frecuencia,
220 Hz. La nueva nota es más grave, pero se parece mucho
a La. Hay razones físicas que provocan este efecto, entre
ellas el hecho de que un cuerpo (en este caso el
instrumento musical) sometido a una vibración,
normalmente no vibra en una sola frecuencia perfecta,
sino que aparte de la frecuencia principal, vibra también
en todo un conjunto de frecuencias que son las que le dan
el timbre característico. A la izquierda podéis ver un
gráfico en el que diferentes ondas puras se suman para
crear la vibración real que se produce en el instrumento.
La mayor parte de estas frecuencias son armónicos de la
frecuencia principal, es decir, ondas que guardan una
proporción exacta con la frecuencia básica (el doble, el
triple, etc.). Por eso vamos a buscar entre esos armónicos
las frecuencias adecuadas para crear una escala. El primer
armónico que encontramos es el que tiene el doble de
frecuencia, aunque en realidad se suele hablar de primer
armónico para referirse a la nota principal (en este caso la
de 440 Hz) y al siguiente (800 Hz) ya se le llama segundo
armónico, al de frecuencia triple tercero, etc.