Page 63 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González



             se robaron la plata para la impresión y edición de 5000 ejemplares); coordine rueda de
             negocios para inversionistas con un éxito total, fui coordinador de tele-ventas, jefe de la
             sección de servicio al cliente, con un grupo de veinte personas, para captación de ten-
             deros, inicialmente en Bogotá, organizador de la sede del club tenderos, donde podían
             asistir nuestros afiliados a conocer la historia del comercio de Bogotá y a divertirse con
             todo tipo de juegos de mesa (parqués, domino, tute, billar, mini-tejo, rana, ping-pong),
             ademas en este club, nuestros afiliados (tenderos y tenderas), podían tomarse sus
             pocholas, vinitos o aguardienticos al calor de una buena cháchara, sin pagar dinero
             adicional.


               Pero como no todo lo que brilla es oro, Natividad y Javier, resultaron ser un par de
             estafadores, todavía los estoy buscando, ya que me quedaron debiendo mas de cinco
             millones de pesos, pero le doy gracias a mi Dios, que no me deje involucrar en sus co-
             chinadas, lo que si me toco hacer, fue contratar una abogada (que me salio chichipata)
             y salir con el rabo entre las piernas a conseguir trabajo.


                                               LA PERRADA DE EDGAR


               Existían 39 en Bogotá, usted las podía distinguir por su servicio de perro caliente,
             comida mexicana y toda clase de comidas rápidas, las 24 horas, que en la época,
             era muy novedoso. “Las perradas” fueron ubicadas en sitios de Bogotá y San Andrés,
             excelentemente estratégicos para dar buenos resultados en ventas. Sus colores tradi-
             cionales eran rojo y amarillo, así pintaban las puertas de los locales, para darles a los
             niños (los compradores numero uno de cualquier negocio), recordación de la marca, la
             tapa de la caneca de la basura, era una cabeza gigante, con un gorro de  payaso y la
             boca sonriente y abierta, esto era todo un éxito.


               Fui contactado por el dueño del cuento, amigo de don Alberto Ramírez, quien era mi
             padrino y mi ángel en Coca-Cola. Mi misión, al aceptarla, era asesoramiento y organi-
             zación de la compañía, para obtener mas participación en ventas. Había demasiada
             rotación de personal femenino y habían perradas que ya habían cumplido su desarrollo
             en ventas, por lo tanto, se debían cerrar ya que estaban generando perdidas. Después
             de cierto tiempo y arreglados los problemas administrativos, el dueño del negocio, ba-
             sado en mi profundo y objetivo diagnostico que le presente, tomo la determinación de
             acabar con el negocio en Bogotá y se fue a vivir a Miami, quien quedo damnificado...?
             Si, usted lo ha dicho, yo, mejor dicho, fue cuchillo para mi pescuezo... Esto me pasa por
             ser ético y honesto en mi trabajo.


               Que tal si nos tomamos una poker litro...? Ahh...! Que ricooo...! O que tal un graniza-
             do de néctar verde....? Siiii....? Chin-chin... Y continuemos... Estando en estas, mi Dios
             me manda otras misión imposible y caí en...







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