Page 62 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar


                                                         NÉCTAR


               Después de haber solucionado, con demanda y todo, me quede sin empleo, estaba
            analizando el camino a tomar cuando ahí, en la carrera 30 con calle 17 (sede de cer-
            vecería Águila, sección foránea) me encontré con Manuel Rubiano (Q.E.P.D), que me
            dijo: “Quiubo huevón... Lo estaba buscando, que esta haciendo...” Le conté y me dijo
            “no...no...no, camine conmigo, que estoy de promotor en néctar, gracias a lo que usted
            me enseño cuando fue mi jefe en Coca-Cola y ahora yo lo recomiendo en la empresa”.
            mi jefe fue Hugo Rubio, que desde que yo estaba en Coca-Cola, siempre quiso que
            yo fuera integrante de su equipo de trabajo en promociones, entonces me dijo de una:
            “Jorge, bienvenido a este equipo de locos”. Me nombraron como supervisor de eventos
            especiales y promotor de publicidad y ventas en el departamento de cundinamarca (los
            116 municipios).


               Había conmigo un grupo chévere, todos excelentes promotores, para mi la selec-
            ción Colombia en publicidad y mercadeo. Raúl Espinosa, Óscar Rozo, Arturo Urrutia,
            Hernando Otálora, John Goez, Manuel Funza, Ignacio (nachito, Q.E.P.D) Rodrigo Mo-
            rales, Jaime Romero, Manuel Rubiano, Óscar Bautista, Jaime Daza, sin nombrar a los
            satélites. Las anécdotas, aventuras, buenos y malos Momentos, todo mas detallado se
            lo cuento, si usted quiere, cara a cara y con un vaso de Whisky...Ahh...! Que ricooo...!
            Sino, chin-chin y dejemos así ahijadito.


               Un buen día me llama el jefe de recursos humanos de la empresa y me dice: “Exce-
            lente trabajador, buen compañero, buen promotor, pero muy revoltoso, me acabo de
            enterar que usted salio en malos términos con la competencia (Bavaria), que paso...?”,
            Le conté y el me comunicó que, un elemento como yo, no le convenía a ninguna em-
            presa, ya que era izquierdista y sindicalista, yo me quede aterrado. Me fui para donde
            el jefe pluma blanca, y en vista de mi buena hoja de vida, me comunicó: “Vamos a ha-
            cer una cosa “chato” (el a todos nos decía así) renuncie, lo contratamos para fines de
            semana, hasta que haya presupuesto para esta labor, pero yo no puedo pasar por alto
            los conceptos de recursos humanos, debo respaldarlos... No te parece...?” Claro doctor
            Calle, y yo con esta piedra, pero aunque me pareció injusta mi salida, la acate.


                                                        ASTENCO


               Natividad Ferrucho y Luis Javier Aguilar (personajes que a hoy me deben mucho di-
            nero), tuvieron la genial idea de organizar la asociación de tenderos de Colombia, en
            una sede muy elegante en el barrio Teusaquillo de Bogotá. Ambos me conocían, me
            contactaron y me contrataron por un buen salario mensual, como asesor de la presi-
            dencia y gerencia de la organización creada por ellos.

               Me convertí en su asesor de mercadeo y ventas, jefe del departamento de divulga-
            ción y prensa (editamos una revista “Don prospero), elabore “el machote” y ellos dos




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