Page 89 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González








































                                                            En estas dos fotografías se puede observar
                                                          la calidez y la amistad que me profesaban mis
                                                          compañeros y mi jefe inmediato. En la foto de
                                                          arriba, nos estamos castigando con un whisky,
                                                          el que lo sirve es Luis Barrera y el que lo dis-
                                                          fruta soy yo.


                                                            En la foto de al lado, estoy con mi  jefazo de
                                                          oro, Alberto Ramírez, el culpable de que Co-
                                                          ca-Cola y sobre todo, la embotelladora de Bo-
                                                          gotá, se destacara en todas partes.


                                                            Sus  enseñanzas  y  confianza  me  sirvieron
                                                          para sobresalir como “locutor empresarial”, se
                                                          oye mas elegante que promotor de publicidad.
                                                          A don Alberto mil y mil gracias, por haberme
                                                          permitido desarrollar todo mi potencial en mer-
                                                          cadeo y ventas. Esta reunión fue en el recién
                                                          inaugurado teatro de eventos importantes de la
                                                          compañía.


                                                            En el capitulo “Los Ángeles de Beto, reseño
                                                          mas detenidamente, la inmensa colaboración,
                                                          no solamente de don  Alberto  Ramírez, sino




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