Page 388 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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12. 7–13. 9 Jueces 384
Jordán. Y murieron entonces de los de Efraín cuarenta y dos
7 mil. Y Jefté juzgó a Israel seis años; y murió Jefté galaadita,
8 y fue sepultado en una de las ciudades de Galaad. Después
9 de él juzgó a Israel Ibzán de Belén, el cual tuvo treinta hijos
y treinta hijas, las cuales casó fuera, y tomó de fuera treinta
10 hijas para sus hijos; y juzgó a Israel siete años. Y murió Ibzán,
11 y fue sepultado en Belén. Después de él juzgó a Israel Elón
12 zabulonita, el cual juzgó a Israel diez años. Y murió Elón za-
bulonita, y fue sepultado en Ajalón en la tierra de Zabulón.
13 Después de él juzgó a Israel Abdón hijo de Hilel, piratonita.
14 Éste tuvo cuarenta hijos y treinta nietos, que cabalgaban sobre
15 setenta asnos; y juzgó a Israel ocho años. Y murió Abdón hijo
de Hilel piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de
Efraín, en el monte de Amalec.
13 Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos
de Jehová; y Jehová los entregó en mano de los filisteos por
2 cuarenta años. Y había un hombre de Zora, de la tribu de
Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca
3 había tenido hijos. A esta mujer apareció el ángel de Jehová,
y le dijo: He aquí que tú eres estéril, y nunca has tenido hijos;
4 pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no be-
5 bas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Pues he aquí que
concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su
cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimien-
to, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.
6 Y la mujer vino y se lo contó a su marido, diciendo: Un va-
rón de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de
un ángel de Dios, temible en gran manera; y no le pregunté
7 de dónde ni quién era, ni tampoco él me dijo su nombre. Y
me dijo: He aquí que tú concebirás, y darás a luz un hijo; por
tanto, ahora no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa inmun-
da, porque este niño será nazareo a Dios desde su nacimiento
8 hasta el día de su muerte. Entonces oró Manoa a Jehová, y
dijo: Ah, Señor mío, yo te ruego que aquel varón de Dios que
enviaste, vuelva ahora a venir a nosotros, y nos enseñe lo que
9 hayamos de hacer con el niño que ha de nacer. Y Dios oyó la
voz de Manoa; y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer,