Page 564 - Spanish Bible (Reina Valera 1960)
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3. 18–4. 4                 II Reyes                        560
              veréis viento, ni veréis lluvia; pero este valle será lleno de agua,
           18 y beberéis vosotros, y vuestras bestias y vuestros ganados. Y
              esto es cosa ligera en los ojos de Jehová; entregará también
           19 a los moabitas en vuestras manos. Y destruiréis toda ciudad
              fortificada y toda villa hermosa, y talaréis todo buen árbol,
              cegaréis todas las fuentes de aguas, y destruiréis con piedras
           20 toda tierra fértil. Aconteció, pues, que por la mañana, cuando
              se ofrece el sacrificio, he aquí vinieron aguas por el camino de
           21 Edom, y la tierra se llenó de aguas. Cuanto todos los de Moab
              oyeron que los reyes subían a pelear contra ellos, se juntaron
              desde los que apenas podían ceñir armadura en adelante, y se
           22 pusieron en la frontera. Cuando se levantaron por la mañana,
              y brilló el sol sobre las aguas, vieron los de Moab desde lejos
           23 las aguas rojas como sangre; y dijeron: ¡Esto es sangre de
              espada! Los reyes se han vuelto uno contra otro, y cada uno
              ha dado muerte a su compañero. Ahora, pues, ¡Moab, al botín!
           24 Pero cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron
              los israelitas y atacaron a los de Moab, los cuales huyeron de
              delante de ellos; pero los persiguieron matando a los de Moab.
           25 Y asolaron las ciudades, y en todas las tierras fértiles echó cada
              uno su piedra, y las llenaron; cegaron también todas las fuentes
              de las aguas, y derribaron todos los buenos árboles; hasta que
              en Kir-hareset solamente dejaron piedras, porque los honderos
           26 la rodearon y la destruyeron. Y cuando el rey de Moab vio que
              era vencido en la batalla, tomó consigo setecientos hombres
              que manejaban espada, para atacar al rey de Edom; mas no
           27 pudieron. Entonces arrebató a su primogénito que había de
              reinar en su lugar, y lo sacrificó en holocausto sobre el muro.
              Y hubo grande enojo contra Israel; y se apartaron de él, y se
              volvieron a su tierra.
           4     Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó
              a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes
              que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor
            2 para tomarse dos hijos míos por siervos. Y Eliseo le dijo: ¿Qué
              te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sier-
            3 va ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. Él le
              dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos,
            4 vasijas vacías, no pocas. Entra luego, y enciérrate tú y tus hi-
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