Page 7 - en busca de equilibrio
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Javier Delgado
espalda. - Bueno, espero que el Gran
Espíritu nos ayude a tener una buena
cacería hoy, tengo muchas ganas de
cocinar un buen estofado esta noche . -
Nacho cerró los ojos, respiró profundamente
y se concentró en el suave sonido del canto
mañanero de los pájaros y el graznar de los
patos a lo lejos. Después de un rato, que se le
hizo eterno, se puso de pie, estiró su espalda,
movió la cabeza de un lado a otro para aliviar
la tensión del cuello y comenzó a caminar en
pequeños círculos. Una vez más, y con su
mano izquierda, separó las ramas y vio en la
distancia a los despreocupados patos, que se
encontraban fuera del alcance de su rifle,
movió la cabeza de nuevo, frunció el ceño
levemente y dejó escapar otro suspiro cargado
de impaciencia.
El atlético joven amaba la cacería, pero las
largas esperas y el tedio de la quietud lo
estresaban y lo ponían de mal genio.
- Vamos patos, acérquense un poco más,
¡carajo! – gruñó suavemente, se rascó la
cabeza con desesperación, suspiró largo
y profundo, y luego volvió a sentar se.
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