Page 11 - en busca de equilibrio
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Javier Delgado
palmoteó suavemente la espalda del atento
canino y le ordenó con firmeza:
- Vamos Bro, vamos, ¡tráeme lo! –
Monti corrió con dirección al lago,
saltando ágilmente sobre la larga hierba
verde, mientras que Nacho se quedó atrás,
palmoteando sus manos con frenesí al
anticipar una buena sopa de ganso para la
cena.
El canino se echó un clavado en las aguas
tranquilas, nadó velozmente hacia el ganso
que flotaba, contrastando su blancura con
el azul profundo del agua, aferró con los
dientes el cuerpo sin vida y nadó hacia la
orilla, después, regresó donde el feliz
Nacho y depositó el trofeo a sus pies.
Luego, jadeando profundamente, se sentó y
fijó su mirada a los ojos del joven,
esperando por el reconocimiento.
- Tú eres el mejor, Bro, ¡te amo! - Nacho
exclamó mientras acariciaba con ternura
la cabeza gris y café del fornido perro,
mescla de Pastor Alemán y Husky
canadiense, quien felizmente movía la
cola.
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