Page 20 - Edición Marzo Mes de la Mujer - Mandrágora
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Confesiones
Soy Irene Espinoza, tengo 40 años y esta es mi confesión...
Iniciaré mi relato contando que siempre sufrí por mi
sobrepeso. Especialmente cuando estuve embarazada por 2
ocaciones, subí tanto de peso que llegue a pesar 185 libras
y mi estatura es de 1.55 cm. La única excusa eran los
"antojos", y en ese estado no te das cuenta que debes
cuidar más de tí y de la salud de tu bebé, solo comes sin
parar y no siempre es comida saludable. Por otro lado he
visto muchas mujeres que sí se cuidan, más cuando están
embarazadas, y no es solo cuestión de verse bien; de
hecho, así lo hagas con el mayor cuidado, llegarás a tener
estrías, flacidez y hasta una cicatriz si te hacen cesárea.
Pero también coincido en que ser madre es la mejor
experiencia que puedes tener, porque nadie dejará de pasar
por todo esto con tal de tener en sus brazos a sus hijos.
Cuando tuve a mi primera hija, quien por cierto ya tiene
20 años, fue una inmensa alegría porque me convertí en
mamá siendo tan joven. Mientras estaba en recuperación,
toqué mi estómago y pensé que estaría como antes, pero
me lleve una enorme sorpresa al pararme por primera vez
después de dar a luz y ver la cruel realidad. En ese
momento creí que en unos meses podría empezar una
dieta, tomar pastillas, hacer ejercicio y probar de todo para
volver a ser la misma, pero nada funcionó. Después probé
tomando unos productos naturales que funcionaron, logré
bajar de peso, pero volvió el efecto rebote cuando después
de 12 años tuve a mi otra hija, quien ya tiene 7. Así que
volví al mismo peso y hasta peor, pues empecé a usar la
talla muy grande ( XL).
Aquí empieza mi historia, cuando tomé la decisión de
quererme más que nunca y no hablo de que no me quería
tal como era, pero quién se identifique con lo que les estoy
contando, nadie se quiere con tantos kilos demás, no
descrimino a nadie por esto OJO, pero no se trata solo del
sobrepeso físico que tienes, sino del sobrepeso emocional
con el que cargas. Soy mi fiel testigo de como estuve
inmersa en la ansiedad, la depresión y el estrés que no me
permitían avanzar. Tenía tantas cargas que, sumadas a
todos estos sentimientos, hicieron que la única satisfacción
que podía tener es comer para sentirme mejor.