Page 27 - Edición Marzo Mes de la Mujer - Mandrágora
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PSICÓLOGO ERNESTO FLORES SIERRA
NO MIRES ARRIBA Y
EL MIEDO A LA LIBERTAD
Erich Fromm planteará que ante la posibilidad de una revolución, el miedo se puede apoderar de la
sociedad, la misma que en lugar de lanzarse hacia un proceso de radical transformación de la vida, que
implica, entre otras cosas, romper con todo tipo de seguridad, estabilidad y tranquilidad, puede, y lo ha
hecho, optar por la negación total de su libertad en manos de tiranos, caudillos, dictadores o cualquier
otro tipo de figura autoritaria.
¿Qué te brindan estas figuras? tranquilidad. Es tan angustiante la posibilidad de una revolución, en el
sentido amplio del término, que para muchos es preferible la negación total de la libertad o los derechos
que las consecuencias que trae consigo un gran cambio social. La revolución aparece entonces ante la
mente como algo totalmente impensable.
Zizek, filósofo esloveno, va a plantear que, para muchos hoy día, el pensar en el fin de la humanidad es
una posibilidad más posible que la posibilidad de una revolución. Parecería ser una nueva manifestación
del miedo a la libertad, ahora no solo que aceptas un tirano, sino que es preferible aceptar el fin de la
misma vida humana, que su transformación radical.
No mires arriba de Adam Mckay, es una muestra clara de este fenómeno, la película de manera tibia se
atreve a denunciar el orden social, político e ideológico de occidente. La manipulación mediática y los
poderes tras los espacios públicos de gobierno, e inclusive de manera cómica presenta los límites del
colapso ecológico en contraposición con los intereses de las élites empresariales. Pero como toda
manifestación ideológica está atravesada por los límites de su tiempo y su clase, es una producción para
la clase media preocupada.
No cabe duda que, la salida real al problema planteado en el filme es una insurrección popular que
derroque a los políticos incompetentes y los poderes empresariales que los controlan, pero es algo que
no se atreverá a desarrollar el cine de Hollywood, incluso en sus apuestas más radicales. Por ejemplo en
V de Vendetta, antes que la revolución, el personaje de “V” termina por plantear una acción anarquista
de tipo individual, muy vendedora y carismática, pero no una real alternativa al fascismo imperante.
Algo similar a lo que sucede con el Jocker de Nolan.
No mires arriba, mucho más tibia, no se atreve siquiera a plantear esa alternativa, la humanidad prefiere
aceptar su propia extinción a la insurrección contra el poder establecido, prefiere morir en la comodidad
de una cena, a morir en un proceso de amarga lucha de clases, es la expresión moderna del miedo a la
libertad.
La película en cuestión, generó una aguda crítica por parte de los sectores liberales y derechistas de la
sociedad, que la catalogaron con una película “progre” y “políticamente correcta”, pero al mismo tiempo
recibió el rechazo de los sectores de izquierda por su banalización de las problemáticas sociales. Sin
duda, su nominación a los premios “Oscar” movilizó la polémica, y sin entrar a juzgar su calidad como
obra, lo cierto es que su tibieza política la termina exponiendo a recibir críticas por ambos bandos del
espectro político. La denuncia, correcta, si cabe el término, termina cayendo en el vacío cuando el
recubrimiento cómico no permite asumir la radicalidad necesaria para el tema presentado, no por la
comedia, que es crítica en sí misma, sino porque actúa como un recubrimiento, es decir, es una comedia
utilitaria.
El arte es una integralidad, toda obra, consciente o inconscientemente trae un discurso político y una
postura detrás, la unidad de forma y contenido es la culminación que dota de belleza a la creación, No
mires arriba, termina, lamentablemente careciendo de fuerza en su forma y su contenido, y cae en la
expresión, inconsciente del miedo a la libertad de las capas medias, conscientes, pero temerosas e
incapaces de asumir la crisis civilizatoria que estamos atravesando.