Page 195 - LIBRO ERNESTO
P. 195

Capítulo 9



               medio, más Paulo César que ya había propagado su fama de goleador.
               Esas piezas, sumadas a la base nacional existente me permitieron
               redondear una aceptable campaña en el primer año.

               Por primera vez manejé la computadora en el control de un equipo
               de fútbol y realicé una profunda transformación tecnológica, con el
               asesoramiento de los técnicos de Filanbanco. Comencé a evaluar el
               rendimiento de los jugadores con 10 calificaciones que medían entre
               otros  temas:  puntualidad,  aseo,  preparación  física, técnica,  táctica,
               actitud, compañerismo, rendimiento en el partido, etc. Cada parámetro
               tenía un valor de 10 puntos, al que se sumaba el puntaje alcanzado en
               el rendimiento en el partido, en el caso de los jugadores titulares o de
               los que habían alternado.


               El total (100 puntos) se dividía para 10 y arrojaba el promedio, que de-
               bía oscilar en un mínimo de 6 para cobrar el premio por partido. El ju-
               gador que alcanzaba un 5, no cobraba el premio, así hubieramos ganado.
               En general no se produjeron problemas, a excepción del surgido con el
               brasileño Macedo, que solamente jugó el 30 por ciento de los partidos.


               Su escaso aporte, obligó a no renovarle el contrato para la campaña del
               85. Era un buen jugador, pero estaba afectado por delicados problemas
               personales. Basándose en ese informe, la revista Estadio citó en un
               reportaje: “La computadora de Guerra sacó a Macedo”. Era verdad, pero
               la decisión no tenía otro camino, porque los números no mienten.

               La  campaña del  85,  en  mi  segundo  año  en  Filanbanco  tuvo  un
               arranque espectacular. Comenzamos goleando con furia, hasta recibir
               el calificativo de “Hawai Cinco Cero”, parafraseando a una serie de
               televisión que estaba de moda en esa época.

               El equipo encontró el equilibrio y la solvencia defensiva, permitiendo
               asentar una gran producción ofensiva. La campaña fue brillante y
               éramos serios candidatos para alcanzar el título, hasta que otra vez
               apareció una ‘mano indelicada’, de las tantas que se han movido bajo
               las sombras en el fútbol ecuatoriano, que había tramado un plan para
               perjudicarnos con los arbitrajes sesgados y localistas.

                                                Memorias de un triunfador  195
   190   191   192   193   194   195   196   197   198   199   200