Page 315 - ANTOLOGÍA POÉTICA
P. 315
Ella fortuna
La fortuna no ama a quien la ama:
Esta pequeña hoja de laurel
Ha llegado con años de retraso.
Cuando yo la quería
Para hacerme querer
Por una dama de labios morados
Me fue negada una y otra vez
Y me la dan ahora que estoy viejo.
Ahora que no me sirve de nada.
Ahora que no me sirve de nada.
Me la arrojan al rostro
Casi
como
una
palada
de
tierra…
-María Mercedes Carranza
VÍNCULO
Debo admitir que en un principio no entendí cuál era la similitud entre María Mercedes
Carranza y yo. ¿Sera la depresión? Me pregunté, para luego darme cuenta que ese sería
tan solo el comienzo. Indagué hasta que me di cuenta que como mi vida, la vida de
María Mercedes Carranza estaba escrita en verso. Y espero que sepas a lo que me
refiero, a menos de que tu vida esté escrita en prosa y no en verso. En ese caso, lo que
quiero realmente decir es que la vida de Carranza y mía son poesía. Estas son poesía
porque ambas estamos expuestas a la gran sensibilidad de nuestros sentidos, no
sentimos con el corazón sino con nuestra vida entera, somos sensibles a nuestros
entornos, somos sensibles al mundo entero. Y claro está, de allí surge la “depresión”
que es simplemente nuestro padecimiento ante un mundo descarado y violento, un
mundo desalmado y atropellador. Lamentablemente, Carranza no fue capaz de cambiar
este mundo en el que vivimos y de allí, agobiada con tanta locura y desilusión con un
par de pastillas terminó con el dolor. Y por eso es que alguien como ella, alguien como
yo, una vida en verso no está diseñada para un mundo de simples abreviaciones y
mensajes de texto. Pero tranquilo querido lector que yo aún no me he resignado con mi
anhelo de un mundo mejor y de allí surge la gran diferencia entre Carranza y yo y es
que yo escribo versos por mensajes de texto.
BIBLIOGRAFÍA