Page 668 - ANTOLOGÍA POÉTICA
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Nuestros corazones aprendieron a latir al mismo ritmo,
                  Conversamos sin cesar con las bocas pegadas,
                  Una junta a la otra.
                  Le dimos a nuestros cuerpos cadáveres,
                  El orgasmo que los vestía de ángeles,
                  Los ruidos invasores se convirtieron en música,
                  Y la manzana que ambos mordimos,
                  Adquirió el sabor del elixir de las vidas sin fin.
                  ¡Qué más se puede pedir!
                  Ahí vamos felices hacia el exterminio,
                  Como el sol y sus planetas,
                  Como las miríadas de universos,
                  Exterminio que es pantano,
                  Dando origen a la sublime flor de la conciencia,
                  Cuyo aroma es el amor.

                  No sé


                  No sé lo que puedo recibir, pero sé agradecer lo que me han dado.
                  No sé qué es lo que busco, pero sé que lo que busco me busca.
                  No sé dónde estoy, pero sé que este lugar no tiene límites.
                  No sé dónde estoy, pero sé que estoy en mí.
                  No sé de dónde vengo, pero sé que siempre he estado aquí.
                  No sé qué es el mundo, pero sé que es mío.
                  No sé dónde voy, pero sé quién me acompaña.
                  No sé cuánto valgo, pero sé no compararme.
                  No sé quién soy, pero sé que lo que soy es más que yo.
                  No sé qué es el amor, pero sé que tu presencia me alegra la vida.
                  No sé evitar los golpes, pero sé cómo soportarlos.
                  No puedo negar la violencia, pero puedo negar la crueldad.
                  No puedo cambiar al mundo, pero puedo cambiarme a mí mismo.
                  No sé qué es lo que hago, pero sé que lo que hago me hace.
                  No sé qué es Dios, pero Dios sabe lo que soy.




                  Aunque digas


                  Aunque digas
                  que eres mía
                  sigo tratando
                  de llegar a ti.

                                                    DEDICATORIA


                  Dedico este poema a Mariana Villate porque no importa que tan bien la conozca o que
                  tan unidos seamos, nunca va a haber un límite para nosotros.
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