Page 88 - ANTOLOGÍA POÉTICA
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que me atemorizaran al temblar
de noche las cortinas.
Y recuerdo muy bien
que, antes de abrir las páginas del libro,
ya sentí en mi interior un sublime placer
que describir no puedo.
Luego, salí a los campos y sané,
pero perdí el libro,
y con él se perdió
mi infancia
y aquel placer incluso de sentir
que hay otra realidad:
ésa en la que aún yo creeré
por siempre,
aunque jamás la vea.
Giacomo Casanova Acepta el Cargo de Bibliotecario que le Ofrece, en Bohemia, el
Conde de Waldstein
Escuchadme, Señor: tengo los miembros tristes.
Con la Revolución Francesa van muriendo
mis escasos amigos. Miradme: he recorrido
los países del mundo, las cárceles del mundo,
los lechos, los jardines, los mares, los conventos,
y he visto que no aceptan mi buena voluntad.