Page 111 - Mahabharata
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1. El comienzo                                                                            91


                   Yudhishthira pacificó a su hermano diciéndole:

                   —Mi querido Bhima, hay muchos factores que considerar. Nadie se atreverá a acusar
               al rey ni a su hijo Duryodhana. Si acusamos a los kurus públicamente nadie nos haría
               caso, sería como un pichón tratando de luchar contra un enorme águila. No tenemos a
               nadie que nos apoye. Bhishma ignora la profundidad del odio que anida en el corazón
               del rey y su hijo. Siento que lo mejor que podemos hacer es esperar que nuestro tío
               Vidura nos ayude a salir de aquí.
                   Estas sensatas palabras de Yudhishthira convencieron a Bhima de que lo más práctico
               era permanecer allí. Y los pandavas continuaron viviendo en aquella casa como si no
               sospechasen nada, pero por dentro estaban todos alerta a la espera del peligro que les
               acechaba. Eran los momentos más terribles de su vida.


                                                      Capítulo XXVIII
                                        ARDE LA CASA DE LOS PANDAVAS


                    IDURA conocía un minero muy amigo suyo y le mandó llamar. Después de hablar
               V con él le envió con una misión a la ciudad de Varanavata. Una vez allí se dirigió a
               la casa de los pandavas, y al encontrarse con Yudhishthira le dijo:

                   —Soy un minero y he sido enviado por Vidura para ayudarte. A continuación
               le repitió las frases que Vidura le dijo a Yudhishthira en dialecto Mlecha Bhasha al
               abandonar Hastinapura. Esta era la contraseña por la cual Yudhishthira podía reconocer
               quién era un verdadero enviado de Vidura en quien podía depositar su confianza, pues
               tal y como estaba la situación tenía que andarse con mucho cuidado. Yudhishthira le
               dijo:
                   —¿Qué es lo que mi tío me ordena que haga? El minero respondió:

                   —Tu tío me ha contado todo lo que sucede en esta casa, y me ha enviado para
               construir un túnel subterráneo desde la casa hasta la orilla del río Ganges.
                   Al oír esto la cara de Yudhishthira reflejó inmediato alivio y le dijo:

                   —Fantástico, creo que es una excelente idea. Empieza ya.
                   El minero comenzó a construir el túnel, pero no era una tarea fácil, porque Purochana
               estaba siempre en la casa. Parecía que estuviese esperando alguna visita, pero en realidad
               lo que hacía era vigilar a los pandavas para impedir que se escaparan. Los pandavas se
               daban cuenta de esto y trataban de hacerle salir de la casa con alguna excusa. Así pues,
               pasaban la mayor parte del tiempo paseando por los bosques que rodeaban la mansión,
               querían familiarizarse con el paisaje para poder encontrar fácilmente el camino de fuga
               en la noche que tuvieran que escaparse. Simulaban estar interesados en la caza para
               obligar a Purochana a alejarse de la casa junto con ellos.
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