Page 112 - Mahabharata
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                   Por fin el túnel estuvo terminado. Era muy largo, y la boca de entrada estaba en el
               salón principal de la casa. Estaba tapada con una trampilla y cubierta con una alfombra

               costosísima.
                   Ya casi hacía un año que los pandavas residían en Varanavata. Purochana pensó
               que era ya el momento apropiado para el atentado, pues creía que se había ganado
               la confianza de ellos. El minero le dijo a Yudhishthira que Purochana había planeado
               prender fuego a la casa en la noche del día catorceavo, coincidiendo con la Luna nueva;
               cuando la oscuridad lo envuelve todo. Yudhishthira le dijo a Bhima:
                   —Bhima, Purochana ha decidido incendiar la casa dentro de unos días. Ha llegado
               el momento de preparar nuestra huida. Tenemos que hacer que seis personas ocupen
               nuestro lugar en esa noche, para que parezca que el atentado ha tenido éxito. Purochana
               también arderá, porque seremos nosotros quienes prenderemos fuego a la casa para
               luego escapar a través del túnel.
                   Al día siguiente, Kunti convocó una fiesta para dar de comer a todos los pobres de
               la ciudad. Había una mujer perteneciente a la estirpe nishada, que solía venir a tener
               relaciones con Purochana y Kunti lo sabía. Esta mujer vino también a la fiesta y Kunti se
               mostró muy complaciente con ella, por lo que ella pensó que había conseguido ganarse
               la amistad de la reina. Esta mujer tenía cinco hijos que también habían venido con ella.
               Todos ellos junto con la madre bebieron hasta emborracharse completamente. Estaban
               tan borrachos que la mujer y sus cinco hijos se quedaron a dormir en el palacio aquella
               noche, ocupando las camas de los príncipes y de la reina. Purochana también estaba
               totalmente borracho. Así pues, había siete personas durmiendo aquella noche en la
               mansión.

                   Ya más adentrada la noche, los pandavas decidieron emprender la huida y rápida-
               mente hicieron los preparativos en completo silencio. Kunti y cuatro de los pandavas
               entraron primero en el túnel, mientras que Bhima, con una antorcha encendida en su
               mano, fue de un lado a otro de la casa prendiendo fuego a las cortinas y demás materi-
               ales inflamables colocados en lugares estratégicos; él sabía dónde habían colocado las
               jarras conteniendo aceite y mantequilla. Se dirigió luego a la habitación donde estaba
               durmiendo Purochana sumido en el estupor de la borrachera y prendió fuego allí tam-
               bién. La casa ya había comenzado a arder por lo cual se apresuró a entrar en el túnel.
               Levantó la trampilla de entrada y ni siquiera se preocupó de cerrarla, pues sabía que
               los escombros cubrirían luego la entrada y parte del túnel, impidiendo así que la gente
               supiese que los pandavas habían podido escapar a través de él.
                   La ciudad entera se despertó con el crujiente ruido de la casa en llamas. Luego,
               cuando la casa se derrumbó, se produjo un terrible estruendo, pero nadie podía acercarse
               para intentar rescatar a los príncipes, pues la zanja que rodeaba la mansión resultaba
               infranqueable. Todos estaban allí de pie observando cómo la casa ardía sin poder hacer
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