Page 117 - Mahabharata
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1. El comienzo                                                                            97


               perfecto de la raza humana, con su amplio pecho, su delgada cintura y sus estrechas
               caderas. La figura de Bhima era tan grácil como la de un lobo, y Hidimbi pensó para sí

               misma: « Tengo el sentimiento de que este hombre fuerte y apuesto ha de ser mi señor
               y maestro. Le amo. ¿Cómo puedo obedecer a mi hermano cuando mi corazón se lo he
               entregado ya a este hombre? El único hombre apropiado para ser mi esposo.
                   Ella permaneció de pie a una cierta distancia mirándole como prendada. Luego tomó
               la forma de una mujer encantadora y se le acercó lentamente, muy lentamente. Bhima
               se giró y se quedó mirándola; su cuerpo oscuro, envuelto en telas inmaculadamente
               blancas, era de suficiente belleza como para enamorar a cualquiera. Bhima se quedó
               sorprendido de verla allí y le preguntó:
                   —¿Quién eres tú?, eres tan bella. ¿Cómo es posible que estés sola aquí, en este bosque
               tan tétrico?

                   Ella le miró y con voz dulce y cariñosa le dijo:

                   —¿Quién eres tú?, eres tan bello, ¿quién es esa mujer de piel oscura que está dur-
               miendo ahí, quiénes son estos jóvenes? ¿Es que acaso no sabes que este bosque pertenece
               a un cruel rakshasa cuyo nombre es Hidimba? Él come carne humana. Debo confesar
               que soy su hermana. Os vio desde una cierta distancia y me ordenó que os matara y que
               os llevara como su plato favorito. Y con esa intención he venido, pero viéndote a ti y
               la belleza de tu forma, todos los malos pensamientos han quedado a un lado apartán-
               dose de mi mente. Me he enamorado de ti. Quiero que seas mi señor y mi amante. Si
               me rechazas ya no podré vivir. Por favor acéptame; te haré muy, muy feliz. Bhima le
               contestó:
                   —Este es mi hermano, mi hermano mayor a quien honro como a un dios. Esta es
               mi madre y estos son mis demás hermanos. Ahora dependen de mi fuerza y estoy aquí
               para protegerles. Así que lo que me pides es imposible, no puedo casarme contigo y
               abandonarles.

                   Ella dijo:
                   —Yo os llevaré a todos lejos de aquí, puedo adoptar la forma que quiera. Me alejaré
               de mi hermano y me iré contigo a la cima de una montaña. Ven conmigo.

                   Bhima le contestó:
                   —No estoy tan apegado a esta vida como para abandonar a mis hermanos en busca
               de mi satisfacción personal. Creo que tu proposición es incorrecta, no puedes pedirme
               que haga algo que va en contra del Dharma.

                   Con lágrimas en los ojos, ella le dijo:
                   —Si te he ofendido perdóname. No quiero hacer nada que te moleste. Os llevaré a
               todos lejos de aquí, este lugar es peligroso debido a mi hermano. Debemos darnos prisa;
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