Page 55 - Mahabharata
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1. El comienzo 35
Ganga tenía una extraña sonrisa en sus labios. Estaba triste y feliz al mismo tiempo.
Dirigiéndose al rey muy dulcemente le dijo:
—Mi señor, ha llegado el momento en el que debo irme. Has roto tu promesa. Me iré
inmediatamente. Este hijo nuestro vivirá. Me lo llevaré conmigo pero te lo devolveré
cuando llegue el momento. Le llamaré Devavrata.
El rey la miraba atónito, no podía entender todo lo que le estaba diciendo. Lo único
que entendía era que la mujer que lo era todo para él estaba a punto de abandonarle para
siempre, sólo porque le había pedido que no matase a su octavo hijo. Las únicas palabras
que pudieron salir de sus labios fueron:
—¿Por qué me haces esto? ¿Es que no ves que mi vida te pertenece y que no puedo
vivir sin ti? No puedes irte y dejarme abandonado. En un tiempo me amabas y ahora, en
nombre de ese amor, te imploro que no me dejes; por favor.
En el hermoso rostro de Ganga apareció una expresión de dolor, y le dijo:
—Mi señor, ¿no entiendes que me voy porque debo hacerlo? Yo soy Ganga y
pertenezco a los cielos. He venido a la Tierra para hacer un servicio y complacer tu deseo.
Yo soy la diosa Ganga, adorada por los dioses y los hombres. Vasishtha maldijo a los
ocho Vasus 28 castigándolos a nacer en el mundo de los hombres, y yo he descendido
al mundo de los mortales para ser madre de ellos. Ellos han sido los ocho hijos que
he concebido de ti, y ha sido para tu beneficio que así fuera, pues tú ascenderás a las
regiones superiores por el servicio que has hecho a los ocho Vasus.
El rey, desconcertado, dijo:
—No lo entiendo. ¿Por qué matar a los niños?. Y ¿qué habían hecho los Vasus para
recibir la maldición de Vasishtha?
—Te contaré cómo fueron maldecidos por Vasishtha —dijo Ganga: Un día fueron
los Vasus a la montaña con sus esposas, y mientras vieron por un camino la ermita de
Vasishtha. Uno de ellos vio a Nandini, la vaca de Vasishtha, que pastaba allí. La divina
belleza de su forma lo atrajo, llamando la atención de los otros acompañantes hacia aquel
armonioso animal.
»Una de las esposas le pidió a su marido que la obtuviese para ella, a lo que él le
respondió:
»—¿Qué necesidad tenemos nosotros, los Devas, de beber leche de vaca? Esta vaca
le pertenece al sabio Vasishtha, dueño de todo este lugar. Es posible que un hombre se
vuelva inmortal bebiendo leche de esta vaca, pero qué beneficio nos reportaría a nosotros
28 Among the denizens of heaven are the eight Vasus (Dwellers), attendants to lndra, king of the gods.
They represent eight cosmic natural phenomena or elemental aspects of nature: Agni (Fire), Prithvi (Earth)
, Vayu (Wind), Antarikslia (Atmosphere), Dyaus (Sky), Aditva (Sun), Chandramas (Moon), and Nokshtrani
(Stars).