Page 11 - Jesucristo, la primicia
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mismo  como  el  Omer,  la  gavilla  principal  que  estaba  siendo  elevada  a  la
                    presencia del Padre y de esta forma hacernos aceptos delante de Él.


                Por eso le dice: subo a mi Padre, que es el Padre de ustedes, a mi Dios, que es el
                Dios de ustedes. Por eso somos aceptados como hijos.


                Por eso recibimos de Él la gracia y la potestad de ser hechos hijos de Dios.


                -  La cruz es importante. Sí.
                -  Los padecimientos del Mesías son importantes sí.
                -  La sepultura fue importante, sí.

                -  Pero cuán importante es la resurrección y el que Él se haya presentado
                    ante el Padre, para que seamos aceptos en Él.


            Por eso mi fe no debe descansar y reposar en la cruz. Porque allí no terminó todo.

            Por eso Él se agrada en llamarse nuestro Padre, nuestro Dios. (subo a mi Padre,

            que es el Padre de ustedes, a mi Dios, que es el Dios de ustedes) .

            Es como si el Señor Jesús nos dijera: “No tienes un Padre, yo te estoy dando un

            Padre. Es tuyo, amalo y disfrútalo, así como yo. Pero también obedécele y sírvele, así
            como yo lo he hecho”.


            El Padre envío a su Hijo, (Juan 3:16) y en su Hijo yo tengo un Padre.

                -  Él se presentó para hacernos aceptos en el Padre.

                -  El enemigo va a poner culpabilidad “No eres digo”, “Mira tú pasado”.
                -  Pero Jesús resucitó y se presentó ante el Padre y ahora el me acepta y me ama.


            Ahora nosotros somos una ofrenda agradable al Padre y Dios nuestro, a través de su
            Hijo Jesucristo.


            Con esa ofrenda, la de la del Mesías, el Padre quedó satisfecho, porque todo nuestro
            pecado fue cubierto satisfactoriamente por el Mesías.
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