Page 103 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


             que crecen en estos lugares se emplean con fines alimentarios, medicinales y
             mágico-religiosos  principalmente;  se  afirma  los  ancestros  de  estos
             afrodescendientes  recomendaban  que  en  toda  azotea  y  patio  casero  debía
             haber sembrado algodón, guineo, palma cristo, anamú y hoja de chu- cha. Las

             plantas que crecen en las azoteas son regadas diariamente con agua en verano,
             mientras  que  durante  el  invierno  esto  no  es  necesario  por  las  lluvias
             frecuentes;  se  prefiere  sembrar  las  plantas  de  azotea  durante  la  luna
             menguante,  sin  embargo,  en  cualquier  momento  del  mes  o  del  día  puede

             hacerse la siembra, dependiendo de cuándo las plantas son conseguidas para
             su propa- gación. Algunas culebras pueden visitar las azoteas, entre éstas la
             dormilona; se piensa que esto ocurre porque en estos espacios se siembran
             plantas  que  les  atraen  “como  alimento”;  para  alejar  las  serpientes  de  las
             viviendas y de las azoteas, se acostumbra rezar oraciones, colocar baterías o

             pilas en las esquinas o aplicar químicos a los cultivos. Las azoteas pueden ser
             protegidas  por  sus  propietarios  con  oraciones  consideradas  divinas,  estas
             personas acostumbran además hablar a las plantas presentes en las azoteas
             cuando las colectan y utilizan, algunas de estas hierbas o arbustos son usadas

             con secretos u oraciones. Entre las principales amenazas para la integridad de
             las  azoteas  se  menciona  el  exceso  de  lluvia  y  las  gallinas,  para  evitar  el
             consumo de las plantas por estas aves se construyen las azoteas elevadas. Las
             plantas cultivadas en azoteas por afrocolombianos son generalmente de uso

             permanente,  se  usan  en  medicina  casera,  son  menos  amargas  y  de  menor
             fuerza que las del monte bravo (Camacho 2001). En el Chocó las azoteas se
             consideran espacios femeninos, tanto en su manejo como por las aplicaciones
             de  las  plantas  que  allí  se  cultivan,  pues  predominan  especies  para  aliviar

             alteraciones  menstruales,  enferme-  dades  de  tratamiento  casero,  así  como
             condimentos  para  la  comida  (Suárez  1996).  En  Nuquí  los  afrocolombianos
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