Page 87 - La importancia de las plantas medicinales
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Contribuciones de la biodiversidad
             al bienestar humano y la autonomía


             lumá o guacuri, yukurupi o guamas cultivadas y tuko o cucuy, se contaminan
             con malas energías entre junio y agosto, por lo que no se deben consumir ya
             que producen diferentes problemas  de salud. En estas épocas se dejan los
             frutos para el consumo de los animales, ya que a ellos pertenecen y de

             faltarles, los dueños los reclamarían causando enfermedades humanas. Las
             plantas medicinales que se encuentran en mahuaní a´alami son generalmente
             más delgadas, de hojas más anchas, crecen más altas y sus flores pueden
             cambiar de colores; tienen baja energía en comparación con las que crecen en

             zonas, por lo que deben ser usadas con conjuros. En el ciclo de rotación de
             cultivos practicado por los upichía (matapí), mahuaní a´alami se encuentra
             algo lejos de la maloka al inicio de la instalación de las chagras, y se hace más
             cercano a las vi- viendas a medida que los cultivos avanzan. De esta forma los
             mahuaní a´alami lejanos son más nuevos, mientras que los que están

             alrededor de la maloka son rastrojos más antiguos y altos. En mahuaní a´alami
             durante leru yajowa o verano algunas plantas como ñe etú y pupuyu, que son
             débiles, pueden secarse; en leru yajowa hay más flores y frutos, mientras que
             en yawijá o invierno los árboles son más frondosos y con menos frutos. Las

             quemas de mahuaní a´alami se acostumbran realizar en junio para sembrar en
             julio, en noviembre para cultivar en diciembre y en enero para plantar en
             febrero. Se considera que durante las últimas décadas, la temperatura en
             mahuaní a´alami ha aumentado, debido a la pérdida parcial de los ciclos de

             rotación de culti- vos y al consecuente incremento en la periodicidad con que
             se deforesta el lugar; prácticas que han llevado al aumento de la exposición
             solar, de la erosión y a la disminución de la humedad del suelo. Para que estos
             rastrojos logren volver a ser mahuaní, pueden tomar de cincuenta a sesenta

             años, pues los árboles que allí habitan son de crecimiento lento. El exceso de
             quemas en el territorio destruye el capote, que es la capa superficial del suelo
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