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“La violencia puede escalar”, dijo y escribió el contexto cultural que rodea cuando un hombre pide una disculpa, cómo la dinámica de poder con una pareja sobre la toma de decisión de una relación sexual rara vez es equitativa. Religión, clase social y etnia son elementos que juegan un rol, pero la opinión de una mujer o inclusive su propio cuerpo no son valuados de la misma manera que los de un hombre. Con frecuencia, este tipo de violencia escala.
“Las mujeres necesitan entender el poder de la inequidad y protegerse a sí mismas,” concluyó Ramírez.
En los lugares más peligrosos para mujeres -donde las estadísticas de feminici- dio, matrimonios infantiles, violación- hay ciertas metodologías educativas que han resultado más efectivas en cambiar esta perspectiva. Pero, ¿pudieran estas metodologías ser usadas para hacer frente a las constantes situaciones de acoso sexual, abuso y mala conducta por parte de los hombres hacia millones de mujeres que han declarado en redes sociales haber sido acosadas o abusadas sexualmente?
Cuando viajé con educadoras de Mexfam a Iztapalapa, uno de las comunidades más pobres en la periferia de la Ciudad de México, las trabajadoras sociales sugirieron que no llevara puesto joyería - ni mi anillo de bodas, ni mi reloj de 30 dólares. Durante la semana previa había leído en el New York Times un artículo sobre Iztapalapa, sobre cómo algunas mujeres esperan en la fila hasta tres horas para poder conseguir agua purificada. En ocasiones durante esta espera hay riñas.
En un patio escolar, María y otros voluntarios jóvenes de Mexfam interactuaron con sus pares mediante información explícita de sexo y condones gratuitos. De la nada -una joven empujó a otra fuertemente con su hombro. Otros jóvenes formaron un círculo a sualrededoralentándolas.Unachicanecesitando la pelea, la otra intentando escapar. María llamó a las promotoras y se fueron.
“Las cosas se salen de control muy rápido”, dijo una de mis compañeras. Se mantuvo cerca de mi durante casi veinte minutos de la caminata hacia la clínica, mientras yo me preocupaba por la chica que había quedado atrapada en el círculo.
Una parte peligrosa de la ciudad
Las estadísticas muestran con facilidad que la violencia hacia las mujeres es culturalmente aceptable en casi todo el mundo.
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EN OTROS OJOS