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Hay países que no tienen este tipo de ayuda, que están sufriendo tanto como nosotros con el
coronavirus, pero no tienen estas ayudas, por lo tanto, hay que agradecerlo.

A la gente de las instituciones les invitan a que vengan a la Casa de San Antonio, para que se
den un baño de realidad, que toquen la pobreza, que no mancha.

Nos cita algunas otras organizaciones que trabajan en Fuenlabrada, como el Comedor Social La
Casita, que ha reabierto sus puertas recientemente para ofrecer bolsas de comida preparada,
también Cruz Roja, que estuvo un mes parada durante el confinamiento hasta que empezaron
a llegarle cargamentos de comida, algunas iglesias, Cáritas, que también ha estado cerrada.

A los miembros de Casa de San Antonio les recomendaron que se confinaran, pues tanto Ángel
como Leo, son personas de riesgo, pero cuando comenzó el confinamiento les preguntaron a
los voluntarios y todos ellos les dijeron que cómo iban a abandonar a la gente que lo necesita.
En ese primer momento pensaban en los destinatarios de ayuda alimentaria que ya la estaban
recibiendo, no pensaron en el aumento de beneficiarios que se iba a producir.

Continuaron con su tarea de ayuda, no porque pensaran que eran mejores que los demás, sino
por una cuestión de responsabilidad. Hay que salir de tu zona de confort y ponerte delante de
la gente para ayudarla, pues la mayoría de la gente que dona estos alimentos también te da las
gracias por la labor que realizas.

Para finalizar, en La Cancha, tenemos una pregunta para todos los entrevistados que
es la siguiente: ¿Qué pregunta te gustaría hacer al próximo entrevistado?

La pregunta que nos deja Ángel en el aire, es ésta: ¿Realmente eres feliz con lo que haces? Si

26 LA CANCHA C.P.F. nº 40 – JUNIO 2020