Page 34 - Drácula
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Drácula de Bram Stoker
noche. Hasta usted, me atrevo a afirmar, no sería capaz de en
contrar esos lugares otra vez. ¿No es cierto?—.
—Sí, es verdad—. Dije yo. —No tengo ni la más remota
idea de donde podría buscarlos—.
Luego pasamos a otros temas.
—Vamos —me dijo al final—, cuénteme de Londres y de
la casa que ha comprado a mi nombre.
Excusándome por mi olvido, fui a mi cuarto a sacar los
papeles de mi portafolios. Mientras los estaba colocando en
orden, escuché un tintineo de porcelana y plata en el otro cuarto,
y al atravesarlo, noté que la mesa había sido arreglada y la lám
para encendida, pues para entonces ya era bastante tarde.
También en el estudio o biblioteca estaban encendidas las lám
paras, y encontré al conde yaciendo en el sofá, leyendo, de to
das las cosas en el mundo, una Guía Inglesa de Bradshaw.
Cuando yo entré, él quitó los libros y papeles de la mesa; y en
tonces comencé a explicarle los planos y los hechos, y los nú
meros. Estaba interesado por todo, y me hizo infinidad de pre
guntas relacionadas con el lugar y sus alrededores. Estaba claro
que él había estudiado de antemano todo lo que podía esperar
en cuanto al tema de su vecindario, pues evidentemente al final
él sabía mucho más que yo. Cuando yo le señalé eso, respon
dió:
—Pero, mi amigo, ¿no es necesario que sea así? Cuan
do yo vaya allá estaré completamente solo, y mi amigo Harker
Jonathan, no, perdóneme, caigo siempre en la costumbre de mi
país de poner primero su nombre patronímico; así pues, mi ami
go Jonathan Harker no va a estar a mi lado para corregirme y
ayudarme. Estaré en Exéter, a kilómetros de distancia, trabajan
do probablemente en papeles de la ley con mi otro amigo, Peter
Hawkins. ¿No es así?—.
Entramos de lleno al negocio de la compra de la propie
dad en Purfleet. Cuando le hube explicado los hechos y ya tenía
su firma para los papeles necesarios, y había escrito una carta
con ellos para enviársela al señor Hawkins, comenzó a pregun
tarme cómo había encontrado un lugar tan apropiado. Entonces
yo le leí las notas que había hecho en aquel tiempo, y las cuales
transcribo aquí:
"En Purfleet, al lado de la carretera, me encontré con un
lugar que parece ser justamente el requerido, y donde había
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