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Martes, 14 de Abril del 2020, 07:16

Fue el 20 de octubre de 2009 cuando se aprobó incrementar el IVA del 15 al 16 por ciento, el ISR de 28 a 30 por
ciento y se autorizaron los incrementos que se sufren mes a mes en gasolinas, diesel, gas y luz. En junio de 2010
aprobaron que Televisa y Telefónica, empresa española de telecomunicaciones dirigida por Francisco Gil Díaz, ex
secretario de Hacienda de Vicente Fox, se quedaran con un hilo de fibra óptica de la industria eléctrica nacional.
Ahora vienen por lo laboral, de nuevo lo fiscal y lo que les falta de la energética.

En contraste, cuestionó: ¿en dónde está la Ley para mejorar el salario mínimo, para impulsar actividades
productivas y crear empleos, para combatir la pobreza, para impulsar la educación y establecer el estado de
bienestar, la anticorrupción, la que termine con los privilegios de la alta burocracia, la de la austeridad republicana,
la que evite las prácticas monopólicas, la que impida que se compren votos y se trafique con la pobreza en los
procesos electorales, la de cobrar impuestos por la extracción de minerales, la que termine con los privilegios
fiscales, la que termine con el monopolio de radio y televisión, la que garantice el derecho a la información?

Más tarde y antes de dirigirse a Hidalgo en donde se llevo a cabo otra Asamblea de MORENA, López Obrador
advirtió que además de los daños de la Reforma Laboral a los trabajadores se tiene la pretensión de aumentar el
IVA del 16 al 22 por ciento, llevarlo también a los alimentos y medicinas, entregar la renta petrolera. El tabasqueño
considera que lo mejor seria que la Reforma se regresara a la Cámara de origen, a la de Diputados y, aunque
sostuvo que de ninguna manera se presentó ante los legisladores para “tirar línea” lo cierto es que estuvieron todos,
no faltó ninguno y votaron en contra sin dudarlo.

NEGATIVAS Y PRESIONES

No había manera, hora tras hora, de que la votación admitiera para la discusión las reservas presentadas por los
partidos opositores al PRI. El “no se acepta para su discusión” se escuchó una y otra vez. No importó si el tema se
refería al trabajo infantil, al del servicio doméstico, al de los trabajadores en las minas y las condiciones miserables
en las que desarrollan su labor, nada que tuviera que ver con un pago mínimo que no permitirá a ningún trabajador
llevar una vida digna, no fue aceptado ningún argumento, ni siquiera para ser discutido.

La campechana Layda Sansores hizo referencia, inclusive, a los trabajadores de la Cámara de Senadores y se
refirió a las condiciones que imperan, las cuales calificó de injustas realzando que se encontraban en ese recinto en
el cual se discutía una reforma laboral. Fue enfática en los salarios y las jornadas de trabajo y sostuvo “en este
recinto falta mucha dignidad y sobra mucho dinero”. Por su parte, Armando Ríos Pitter hizo referencia a los
supuestos beneficios que tendrían los jóvenes y señaló que ésta es otra gran mentira ya que son ellos los que
tendrán que cubrir miles de horas de trabajo para poder lograr una jubilación que ellos mismos pagarán.

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