Page 156 - Velasco y la independencia nacional
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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
A 1974 había 3,914 comunidades laborales reconocidas involucrando a 288,035 comuneros (85% del total de traba- jadores que debían ser comuneros). Faltaba por instalar co- munidades laborales en el 42% de empresas. En el caso de las comunidades industriales se instalaron en el 92% de las empresas; en cambio, sólo en el 3.8% de las pesqueras, 1.2% de las mineras y 2.7% de las telecomunicaciones.13
Por la envergadura del número de sus integrantes, y la potencialidad organizativa demostrada en su congreso, CO- NACI se convirtió en un objetivo político por parte de las fuerzas retardatarias al interior del régimen.
4. Política del gobierno con las organizaciones populares: posiciones contrarias internas
Héctor Béjar, desde su experiencia en SINAMOS, y como parte del grupo progresista en su interior, hace un deslinde con los sectores más retardatarios del gobierno, en relación a su política con las organizaciones populares. Había una in- tensa lucha de posiciones, cada cual defendiendo concepcio- nes políticas e ideológicas absolutamente antagónicas. Estos sectores representaban, por un lado, los que querían hacer una revolución con una democracia participativa, hasta cier- to punto ideal, utópica; por otro lado, un grupo fascistoide, declaradamente anticomunista, que quería reemplazar la or- ganización popular con organizaciones fantoches, tal como sucedió con la creación de la Central de Trabajadores de la Revolución Peruana (CTRP), el Sindicato de Educadores de la Revolución Peruana (SERP), el Movimiento Laboral Revo-
el Gral. Leonidas Rodríguez. Toda el Área Laboral de SINAMOS fue desmantelada. El jefe del Área, José Luis Alvarado, fue relevado de sus funciones. Santisteban 1977: pp. 155-158
13 Cabieses 1976: 88-89
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