Page 47 - Velasco y la independencia nacional
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La Suerte de la Revolución • Augusto Zimmermann Zavala
sejaron evitar de cualquier manera el choque. Aducían que la economía nacional no resistiría un asedio de tal magnitud. Total, ¿qué le costaba al Gobierno pagar una indemnización?
Pero el presidente Velasco, asesorado por sus oficiales revolucionarios, y en especial por los coroneles Fernández Maldonado y Rodríguez Figueroa, proclamó la tesis de que el problema del petróleo envolvía cuestiones de dignidad nacional que no permitían al Ejército transar comercialmente porque con la soberanía nacional los patriotas no negocian jamás.
Si la Revolución cedía, estaba renunciando a luchar con- tra el imperialismo en todas sus formas de explotación. Si, en cambio, mantenía enhiestas sus banderas, enseñaría a los peruanos que los pueblos lo pueden todo cuando se saben libres, cuando prefieren morir de pie que vivir de rodillas.
La crisis política fue el primer intento de cortar de raíz el brote nacionalista. Pero el presidente Velasco supo salir airoso y evitar el colapso de la Revolución.
El 31 de enero, en una ceremonia cumplida en el patio de honor del Centro de Instrucción Militar del Perú, dejó las filas activas del Ejército y pronunció un discurso ante los ofi- ciales:
“Cabe en esta oportunidad en que nuevamente nos encontra- mos entre camaradas de la Fuerza Armada, reiterar mi agra- decimiento por la confianza demostrada al habérseme ratificado como Presidente de la República, responsabilidad que la Junta Revolucionaria me encomendó el 3 de Octubre de 1968 y de cuyo servicio hago promesa formal ante ustedes de seguir brin- dando todo mi esfuerzo, mi vida si es necesario, luchando para que el espíritu revolucionario de una noble causa no decaiga, para que su mística se difunda y se mantenga viva en todos los peruanos de todos los confines y de todos los medios sociales”.
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