Page 76 - Velasco y la independencia nacional
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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
ron siempre una de dos formas: o tumultuosas eclosiones populares canalizadas después mediante la dirección de partidos políticos, o insurgencias populares previamente orientadas, organizadas y dirigidas por partidos de amplia trayectoria ideológica, revolucionaria e insurreccional. En todos los casos los procesos revolucionarios destruyeron el antiguo aparato y lo remplazaron por una nueva insti- tución castrense.
Esto dio a las revoluciones contemporáneas un típico carácter anti militar en el sentido de que sustituyeron a la Fuerza Armada prerrevolucionaria por otra surgida del fragor de la lucha durante el periodo inicial de su realiza- ción. Esto explica mucho del carácter violento de las revo- luciones, de donde deriva otro dictum “inapelable” de la ortodoxia interpretativa en el campo político: el carácter “necesariamente” cruento de todo proceso revolucionario “verdadero”.
A contrapelo de este al parecer impresionante testimo- nio histórico, el Perú ofrece un cuadro radicalmente dife- rente: aquí el proceso revolucionario parte de una institu- ción tradicional de poder que siempre garantizó el orden establecido. No son, pues, los partidos políticos ni la insu- rrección popular los que originan la transformación revo- lucionaria del Perú. Esta, por el contrario, parte del campo para muchos menos esperado, más insólito: de una ins- titución que siempre había avalado la intangibilidad del statu quo económico social. De aquí el carácter pacífico de la Revolución Peruana, otra de sus grandes características de singularidad.
Su origen por completo heterodoxo, el haber surgido en clara contradicción con los supuestos y los planteamien- tos explícitos de los esquemas tradicionales de interpreta- ción política, le confiere al proceso revolucionario peruano
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